Mensajes 1987



“El evangelio de Cristo según el apóstol Juan”


Yo, Cayetano Martí Valls, nacido en el pueblo de Inca, Mallorca en el año 1918, obrero yesero ya jubilado y en otro tiempo Juan, ahora en el año 1987 debo repetir la idea de escribir el evangelio de Cristo, sin manipulaciones extrañas.
En el principio de la vida de Jesús de Nazareth, el obrero carpintero ya llevaba en sí mismo al Cristo Universal, o sea, el Espíritu de Dios que lo recrea todo eternamente. Cristo pues, guiando sencillamente el espíritu de Jesús, el hombre, en su libertad humana, nos da el verdadero ejemplo como evangelio de Cristo, ya que Él es el Buen Pastor, Guía, Maestro, etc., de la humanidad en este mundo y en todos los mundos del Infinito Universo.
Ahora bien, hablemos un poco de Jesús de Nazareth. Ya se ha dicho en otros escritos o evangelios algo sobre su nacimiento, su vida y su muerte, aquí pues trataremos de aclarar las cosas; Jesús de Nazareth nació, vivió y murió como todos los demás seres humanos, no podía ser de otra manera, Dios no puede contradecirse ya que Cristo dijo por boca de Jesús, “aprended de mi”; en éste caso debemos aprender de Jesús el hombre, y cuando dice seguidme, debemos comprender que es a Cristo que hay que seguir y no al hombre, de lo contrario no tendrían sentido las palabras “un ciego no puede guiar a otro ciego” que tan claramente dijo Cristo; nada pues de nacimiento virginal, nada pues de los fantásticos milagros y nada de la resurrección del cuerpo físico de Jesús, ya Cristo mismo dice “las palabras que yo os hablo, son verdad y espíritu, la carne aprovecha”, y cuando Cristo nos dice que busquemos el reino de Dios, nos da el humano ejemplo de Jesús de Nazareth, el carpintero que tenía en sí mismo el reino de Dios, o sea, Cristo. Y debo decir a todo esto que Jesús de Nazareth se ponía a andar de un lado a otro y dando fuertes gritos decía: “¿es que no comprendéis todo lo que os digo?”, y en esos momentos parecía que su cuerpo físico crecía, y esto que era mas bien bajito, mas feo de lo que lo pintan, un poco encorvado y a veces se quejaba de su pié derecho, pero su mirada era penetrante, bondadosa y nos sentíamos contentos y muy seguros de estar a su lado y poder escuchar a Cristo que hablaba tan sabiamente, pero muchas veces Jesús de Nazareth tenía que repetirnos las cosas por nuestra ignorancia como obreros, como gente sencilla de Israel, pero mas grande era la ignorancia de los sacerdotes que se las daban de sabios no entendiendo nada del “Maestro” Cristo.
Jesús de Nazareth era muy sencillo; un día se dejó purificar en el río Jordán por un profeta que se llamaba Juan, pero otro día algunos de nosotros íbamos a su encuentro y lo encontramos cargado con un fardo de leña ayudando a una pobre mujer que no podía llevarlo, y como la cosa mas natural, dejó la leña en el portal de la casa de aquella mujer al mismo tiempo que nos decía: “Bien amigos, vamos a charlar un rato más”.

“Cristo enseñando a sus discípulos”


Nos decía el “Maestro”: “Yo soy el Buen Pastor, la Verdad, la Vida; yo soy el que puedo daros la verdadera agua para calmar la sed espiritual, y cuando os digo que nadie puede ir a Dios sin mi comprended que es como decir que nadie puede vivir sin la vida; nuestro Padre que está en los cielos tiene pues muchas casas o mundos para todos, Dios es Espíritu, nosotros sus hijos somos espíritu, es por esto que adorar, amar, obedecer, etc. a Dios tiene que ser en espíritu y todo esto repercutirá positivamente en la vida del cuerpo físico.
Comprended que cuando yo os digo, los ciegos ven, los sordos oyen, los cojos andan, me refiero al espíritu, pues un ser humano ciego o cojo físicamente puede ser habitación de un espíritu muy elevado, muy evolucionado. Y para evolucionar, avanzar, elevarse el espíritu, es necesario volver a nacer, de esta forma iréis conociendo la Verdad y la Verdad os hará libres. Antes que Abraham, Noé, Adán, etc. existiesen, yo ya existía como aliento de Dios, Espíritu de Dios, Cristo, pero todos los espíritus del Infinito Universo existen desde la Eternidad a los cuales yo les estoy despertando, enseñando, ayudándoles a andar en el camino o montaña, para llegar al Padre, a Dios, como espíritus ya desarrollados y convertidos en dioses, o sea, hijos de Dios ya mayores de edad. Cuidado pues con los falsos maestros, pastores, etc., ya que solamente son alumnos y rebaño; yo soy pues el Buen Pastor y “Maestro” que ahora os hablo, pero que si me buscáis en vuestro propio corazón, en vosotros mismos, me encontrareis y me tendréis siempre, esta es la Verdad Universal, la de Dios. Ya se dijo, ama a tu prójimo como a ti mismo; yo os aclaro mas esto, amaos unos a otros como yo os amo, pues no olvidéis nunca que Dios es Amor.”
Jesús de Nazareth repetía constantemente:
“Yo estoy en el Padre y el Padre está en mi, y ruego al Padre que vosotros estéis conmigo y con el Padre, o sea, Dios y ser todos seamos una cosa y en esto tendréis Paz; yo soy la Luz y si vosotros estáis conmigo no andaréis en tinieblas, al contrario, seréis también luz. Además ya no os tengo como extraños, ya os llamo amigos, hermanos, ya que empezáis a comprender estas cosas; tenemos pues todos un Dios y Padre recreador del Infinito Universo, nos ama, nos comprende y nos guía; yo mismo Jesús el hombre, nada podría hacer sin Cristo o Espíritu de Dios que está en mi, así es pues que cuando os digo que yo soy el verdadero pan de vida, agua que calma la sed, etc., me refiero al espíritu; está bien que trabajéis para ganaros el pan que coméis físicamente, pero debéis trabajar también para ganar el pan o aliento del Espíritu, y esto no lo encontrareis en las sinagogas o templos, lo encontrareis en vosotros mismos, es mas, en estos lugares os van a decir que estáis equivocados y hasta puede ser que os maltraten, ya que los sacerdotes quieren ser los únicos intermediarios entre Dios y los hombres, pero no les hagáis caso pues solo hay un mediador entre Dios y los seres humanos o espíritus, Cristo”.

“Jesús de Nazareth en Jerusalem”


Jesús de Nazareth con algunos de sus discípulos entró en el templo de Jerusalem, como de costumbre lo hacía en las sinagogas, pero se encontró con el deplorable momento de la mercadería, venta de bueyes, ovejas, palomas, etc., con el natural griterío del mercado y Jesús de Nazareth, el obrero carpintero no pudo reprimirse y dando una rápida mirada a todo lo que le rodeaba, se encaró a los mercaderes y les habló de esta manera: “Quitad todo esto de ahí, el templo es para orar, para meditar las cosas de Dios, pero no para vender cosas o animales, vosotros pues habéis convertido la sinagoga o templo, en casa de mercaderes, en nombre de Dios, ¡marchaos, salid del templo!”. Y los mercaderes dijeron a Jesús: –¿quién eres tú para hablarnos de esta forma?; “yo soy como vosotros, pero verdadero seguidor de la Ley de Dios, mientras que vosotros seguís las leyes humanas, eso es todo”.
Un día los fariseos le presentaron una mujer prostituta y dijeron a Jesús: –Hemos encontrado a esta mujer pecando y la ley dice que debemos apedrearla, ¿tú que dices?–. Y Jesús contestó: “Hacedlo vosotros y empiece el que no tenga pecado en sí mismo”, pero aquellos hombres mirándose unos a otros poco a poco se fueron alejando y Jesús cogiendo la mano de la mujer que estaba arrodillada a los pies del “Maestro”, le dijo: “Levántate y vete, pero procura no pecar más”; la pobre mujer llorando, besando varias veces las manos de Jesús, se iba alejando poco a poco y Jesús dijo a sus discípulos: “Es fácil juzgar a los demás pero no lo es tanto si se trata de juzgarse uno mismo; no olvidéis nunca que no se avanza en el camino espiritual viendo las faltas de los demás, sino viendo las propias suyas y tratar de corregirlas”. Los discípulos, hombres y mujeres que estaban escuchando al “Maestro”, estaban maravillados y llenos de admiración, pues jamás habían oído palabras tan sencillas y tan sabias y sobre todo dichas por un obrero carpintero; muchos ya pensaban pues que Jesús de Nazareth no era solamente un profeta, sino el más grande profeta y tenían razón, pues Cristo, que siempre ha guiado a los espíritus en el camino de Dios, en Jesús de Nazareth lo hacía de tal forma que hasta los niños podían entenderlo, pero esto a los rabinos y sacerdotes de Israel no les favorecía en nada ya que Cristo enseñaba el camino de Dios sin sacerdotes a sueldo, sin templos, sin ritos, etc., pero sí con un verdadero desarrollo del espíritu guiado por Cristo mismo en la vida de cada uno.
Un día acudieron a Jesús algunos enfermos pidiéndole que los curase; tu puedes, le decían y Jesús de forma muy sencilla y cariñosa ponía sus manos sobre los enfermos, al mismo tiempo que les decía palabras de consuelo; algunas veces había curaciones que creaban polémicas entre la gente y sobre todo entre los sacerdotes que no les gustaba todo aquello; mientras tanto los pobres escuchaban al “Maestro” y trataban de comprenderle y seguirle, claro está, la luz no asusta a nadie, sino que atrae, ilumina.

“Cristo es el Espíritu de Dios”


Juan, el profeta purificador, estaba en el río Jordán tratando de purificar a las gentes que acudían a él y entre ellos acudió Jesús de Nazareth, pero Juan lo reconoció y exclamó: –Aquí está el que os purificará en espíritu, yo solamente lo hago con agua–; entonces mucha gente trataba de seguir al “Maestro”, al Cristo que hablaba por boca de Jesús de Nazareth, pero las palabras de Jesús a veces eran o parecían difíciles de entender; “Yo soy la Luz –decia– y el que venga conmigo nunca estará en tinieblas, soy la Luz del Mundo, la Verdad, el Camino, pero debo purificaros en espíritu; Dios es Espíritu y los que le adoran deben hacerlo con y en espíritu; vosotros sois espíritu, estáis hechos a imagen y semejanza de Dios que es nuestro Padre, nuestro Creador, todos somos dioses en potencia, o sea, somos parte de Dios, pero Dios no está dividido, es Todo, es por esto que os digo que debéis amaros unos a otros, ya que Dios es Amor. Se os ha enseñado hasta ahora, me refiero a los sacerdotes, que tenéis que seguir sus enseñanzas, sus ritos, etc., pero yo os digo que todo esto no es necesario, Dios no habita en templos hechos de mano de hombre, sois vosotros mismos el sagrado Templo de Dios, tratad de entender estas cosas, tenéis que purificar vuestro cuerpo físico, cuidarlo, alimentarlo, tener vuestra mente limpia y clara para que de esta forma vosotros, que sois espíritu, podáis morar, vivir y evolucionar en una casa limpia que es vuestro cuerpo físico y no admitir en vuestra casa, en vuestra mente nada que sea negativo por ejemplo el odio, egoísmo, ambición, venganza, vicios, etc.; nuestro mundo, los mundos del Infinito Universo o casa del Padre, no están para adorno, los cielos no están porque sí, ya que todo tiene su sentido, su misión; en la casa de nuestro Padre Dios hay muchas habitaciones y nosotros como buenos hijos no tenemos que perder el tiempo estropeando las cosas o aficionándonos a las cosas, oro, casas, tierras, etc. entre los seres humanos. Seguidme pues espíritus pequeños, atrasados, y yo os purificaré y podréis crecer y adelantar; Juan os purifica con agua, yo os purifico con Espíritu”.
Jesús de Nazareth, el obrero carpintero, trataba de enseñar estas cosas y había ya muchas personas, hombres y mujeres que le entendían, podían ya ver claramente al Cristo, al Mesías que estaba en y con Jesús, el hombre, y las cosas materiales, las cosas de éste mundo iban perdiendo valor y se quedaban en su justo sentido, en el lugar que deben estar y servir a los seres humanos; y el Espíritu, el Cristo, iba creciendo y viviendo la verdadera vida por la cual ha sido creado por Dios. Yo Juan, pues, os digo que tratéis de entender estas cosas, de vivirlas, no hay otro camino, no hay otra verdad; las religiones humanas solo entorpecen el camino, manipulan la verdad, pero el Buen Pastor, el “Maestro”, el Guía, la Luz es Cristo, o sea, el Espíritu de Dios.

“El Gran Mandamiento de Dios explicado”


Era una hermosa mañana de un sábado en Jerusalem y en la plaza, frente al templo, un buen grupo de personas estaban rodeando al “Maestro” escuchando sus sabias palabras; Cristo por boca de Jesús de Nazareth, empezó de esta manera: “Muchas veces se ha dicho por boca de los profetas y muy repetido por los sacerdotes, que hay que amar a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como así mismo, también yo os digo lo mismo, es mas, también os digo que todas las cosas que queréis que los demás hagan por vosotros, que digan de vosotros, etc., haced vosotros lo mismo por ellos, esto es todo, sobran pues las ceremonias, ritos, rezos, etc. en el templo, ya que Dios no tiene en cuenta ni juzga estas cosas sino los actos positivos de completo acuerdo con el espíritu de los seres humanos en la vida diaria. La religión verdadera es vida, paz interior que se manifiesta al exterior; no es malo ir al templo, pero esto demuestra claramente que si buscáis a Dios en el templo es porque no lo tenéis en vuestro corazón; Dios no es un ser que hay que buscarlo en un lugar determinado, acudir a Él, etc., es en sí mismo que hay que buscarlo, mejor dicho, descubrirlo, el espíritu que está hecho a imagen y semejanza de Dios, su Creador; cuando yo os digo que soy la Verdad, la Vida, la Luz, etc., os digo claramente lo que sois vosotros mismos, lo que pasa es que muchos de vosotros no me entendéis, estáis como muertos, debéis renacer, resucitar de nuevo y esto lo podéis hacer ahora, apartad de vuestra mente todo lo negativo, pensad solamente en Cristo, tratad de amar a Dios con todas vuestras fuerzas, tratad de repartir este amor con el prójimo, notareis en vosotros mismos que vais creciendo espiritualmente, esto os será por señal de que el reino de Dios empieza a estar en vosotros mismos, después todas las cosas que necesitéis os serán dadas. Somos todos dioses en potencia ya que somos Dios mismo, muchos de vosotros tratáis de seguirme, os gusta escuchar mis enseñanzas, pero sin practicar lo que os digo no adelantáis nada, debéis obrar estas cosas y no solamente creerlas, saber un oficio pero no practicarlo de nada sirve; los mandamientos de Dios no son para creer, recitar, hablar de ellos, etc., son para vivirlos, no se trata de creer o no creer en Dios, hay que sentir a Dios en uno mismo, vuestro espíritu debe estar en completa armonía y unión con Cristo o Espíritu Universal de Dios. Ánimos pues y aprended de mi, soy Jesús de Nazareth, vuestro amigo, tener a Cristo es tener la Luz, la Paz, la Justicia, el Amor de Dios en uno mismo; vivid estas cosas y después podréis predicarlas, enseñarlas a los demás siendo verdaderamente mis discípulos; no olvidéis nunca que en las cosas de Dios solo hay un verdadero “Maestro” que es Cristo, sobran pues los maestros de las religiones humanas, pues la religión de Dios tiene un solo sacerdote, Cristo, que al estar en y con los espíritus humanos, hombres y mujeres, los convierte en verdaderos sacerdotes de Dios”.

“La parábola sobre el rico y el pobre”


En una de estas tardes de primavera, cuando ya se va acercando el verano, Jesús de Nazareth se encontraba reunido con varios de sus discípulos y amigos en casa de Juan, una casita en una pequeña calle de Nazareth; el “Maestro” empezó de esta manera: “Una vez un hombre muy rico se paseaba cerca del mar de galilea, estaba tan distraído pensando en las cosas que formaban su riqueza, tierras, oro, ganado, etc., que de pronto resbaló y cayó al mar, pero no sabía nadar y así como podía pedía socorro; de pronto salió como por milagro un hombre que se lanzó al mar y salvó de una muerte segura al rico; aquel hombre que lo había salvado era completamente pobre y el rico muy agradecido le dijo: –yo soy rico, pídeme lo que sea, tú me has salvado la vida y debo recompensarte–, pero el hombre pobre le dijo: –¿acaso tú no habrías hecho lo mismo conmigo–, a lo que el rico le contestó: –claro que si–; –pues, -le dijo el hombre pobre- entonces estamos en paz, no me debes nada”.
Hasta aquí la parábola –dijo Jesús de Nazareth–, a vosotros toca aprender la lección; el rico quería recompensar al pobre con dinero, con cosas materiales, pero el pobre había expuesto su vida por salvar la del rico, y amigos, vale mas la vida de un ser humano que todo el oro del mundo; cuando se dan cosas materiales, como por ejemplo dar comida al hambriento, se hace un bien pero es simplemente una ayuda, una limosna, pero exponer su propia vida para salvar la de otro, esto es fiel cumplimiento del mandamiento de amar al prójimo como a uno mismo.
Y una mujer que estaba escuchando a Jesús le dijo: –yo no soy muy rica pero tampoco soy muy pobre y deseo seguirte, ser discípula tuya, ¿qué debo hacer–, y Jesús le contestó de esta manera: “Procura aumentar tu riqueza espiritual, no te preocupes tanto de lo material, y si tus riquezas materiales van menguando no te entristezcas y confía en Dios; ya os he dicho en otras ocasiones que no se puede servir a Dios y al dinero; cuando venimos a este mundo no traemos riquezas materiales y cuando morimos no nos llevamos nada más que nuestros actos buenos o malos, no olvidéis nunca esto, y si de verdad queréis ser mis discípulos, mis apóstoles, no podéis seguir a los rabinos, a los sacerdotes de Israel, ya que ellos están unidos a las riquezas materiales y entorpecen el verdadero camino para ir a Dios, tanto, que cada vez que el camino está tan cerrado, tan confundido, nuestro padre Dios envía su Espíritu, el Libertador; yo soy pues la Verdad y el Camino, el Cristo”. Todos los que estaban presentes escuchando a Jesús el carpintero, se echaron a sus pies llorando y exclamando, –”Maestro” tú eres el enviado de Dios, tú eres el Mesías–. Y Jesús de Nazareth, tomando el brazo de los que estaban mas cerca de él en el suelo, les decía: “Levantaos y adorad sólo a Dios”. Ya había oscurecido y la gente poco a poco fue dejando la casa, en el cielo brillaban las estrellas; Juan recordaba siempre todas estas cosas.

“Jesús de Nazareth, aprendiz de carpintero y de profeta”


Jesús de Nazareth era un muchacho, un niño travieso, muchas veces se escapaba de su casa y sus padres lo encontraban en algún pequeño monte cercano a Jerusalem, a veces en la sinagoga de su pueblo y una vez, después de varios días que faltaba de casa, lo encontraron en el mismo templo de Jerusalem; Jesús con otros chicos de su edad estaba sentado en el suelo escuchando las lecciones de la Torá, o sea, la escritura sobre las cosas de Dios y se podían hacer preguntas; Jesús preguntó a los doctores de la Ley, o sea a los rabinos lo siguiente: “¿Quienes son los que conocen mas a Dios, los rabinos o los profetas?”; un rabino se enfadó tanto con la pregunta de Jesús que se levantó de su asiento y con rabia levantó su brazo para pegarle, pero otro rabino se lo impidió y de forma más suave intentó contestar a Jesús y le dijo: –los profetas están siempre escuchando la voz de Dios, ven y hablan con sus ángeles, pero nosotros los rabinos, somos los maestros en el templo para enseñar las cosas de Dios–; y Jesús, de forma muy natural e infantil, mientras se metía su dedo en la nariz dijo: “Entonces, ¿porqué no hacéis lo mismo vosotros que los profetas buscando a Dios sin estudios de la Torá?”; aquí sí que se levantaron todos los rabinos y echaron afuera a los chicos y amenazando a Jesús diciéndole –lo diremos a tus padres–.
Pero los chicos le dijeron a Jesús, –ven, cuéntanos cosas–; y sentados todos en el suelo, los chicos miraban atentamente a Jesús que empezó de ésta manera: “Nuestro Padre Dios es bueno y sabio, tanto que para enseñarnos no necesita de intermediarios; todos tenemos que ser profetas si queremos saber las cosas de Dios”; y un chico de los presentes, que tendría unos ocho años de edad le dijo, –¿si yo pido  al Padre Dios si mi palomo vivirá mucho, me lo dirá?–, “claro que sí, –contestó Jesús– Él lo sabe todo”; y otro chico dijo: –y tú Jesús, ¿ya sabes que serás de mayor?–, “Claro que sí, yo seguiré siendo un chico como ahora, pero mayor”. Entonces es cuando una vez mas los padres de Jesús buscándolo lo encontraron, como siempre, y la reprimenda de sus padres no fue muy severa por lo sucedido con los rabinos, sino porque el pobre de José tenía trabajo atrasado y Jesús le hacía mucha falta en casa; y María, su madre, se limitó a componer un poco el pelo de Jesús y retirándole las manos sucias de la cara, al mismo tiempo que le decía: –tu padre te necesita y tú te escapas de casa muchas veces–, a lo que Jesús contestó: “¿Es que aún no sabéis porqué hago estas cosas?”. Jesús el chico, el hombre joven, ya sabía su misión en la tierra, el Cristo Universal ya se manifestaba en Jesús, pero sus padres, seres humanos como Jesús, eran espíritus más atrasados que su propio hijo, por esto no lo entendían y mucho menos los rabinos o los sacerdotes de todos los tiempos que siempre se basan en la letra muerta y no procuran tener contacto directo con el Cristo Universal.

“La gran lección de Cristo”


Un sábado por la mañana, ya bien salido el sol, nos encontrábamos en Jerusalem, que estaba lleno de gente que se disponía a celebrar, como cada semana, el Shabat, Sábado o día de descanso en el Templo. Jesús de Nazareth se paseaba por la plaza frente al templo con algunos de sus discípulos y otras personas que se acercaban al “Maestro”; de pronto Jesús se paró y mirando a la gente que le rodeaba, (había fariseos, escribas, levitas, nazareos, esénios, etc.), sonriendo cariñosamente empezó de esta manera:
“Nuestro Padre Dios, bendito sea, me ha enviado a vosotros israelitas y a todos los seres humanos de la Tierra, para daros la Buena Nueva, el evangelio de Cristo o Espíritu de Dios a los pobres como ya en otras ocasiones os he dicho, pero el evangelio es también para los ricos; –aquí se produjo un gran murmullo de aprobación de la gente– pero –dijo Jesús– entended bien esto, la lección es para ricos y pobres, unos y otros debéis apartar de vuestra mente el egoísmo, ambición, envidia, etc., y vuestro espíritu tiene que estar lleno de paz, amor, bondad, y sobre todo estar en armonía con Dios”. Entonces uno de los presentes le dijo: –“Maestro”, yo tengo tierras, ovejas, dinero, etc., no veo porqué tengo que renunciar a estas cosas materiales–; y Jesús mirándole con cariño le dijo: “Os he dicho en otras ocasiones que no se puede servir a Dios y al dinero, debéis trabajar todos, nadie tiene derecho a enriquecerse con el trabajo de los demás, el que puede tiene que trabajar, salvo los niños, los enfermos, los ancianos, etc.; Dios dice no robarás, y yo os digo que nadie puede hacerse rico si es honrado, ama la justicia y tiene a Dios en su corazón. Y para terminar la lección de hoy debo añadir que nuestro pueblo está dividido en ricos y pobres, y en religiosos del templo, y en comunidades religiosas apartadas del pueblo como los nazareos, los esénios, etc., nuestro Padre Dios no quiere esta forma de vivir y de adoración; aprended de mi, –dijo Jesús– yo trabajo de carpintero, estoy en unión con Dios y predico las verdades del evangelio públicamente como lo hago ahora; amigos no os engañéis a vosotros mismos; aferrarse fuertemente a una religión o refugiarse en una comunidad apartada de la otra gente, todo esto es puro egoísmo y mientras tengáis egoísmo materialista o religioso, podréis tener muchas cosas materiales, conocimientos humanos, etc., pero no tendréis a Dios. Ya os he dicho en otras ocasiones que si queréis ser luz tenéis que alumbrar y una luz estropeada o escondida no alumbra; levitas, sacerdotes, fariseos, saduceos, esénios, etc., aprended de mi, aprended la lección; para vivir la vida, respirar el aire que Dios nos da, no tenemos la necesidad de acudir a ningún sitio determinado, de la misma manera Dios da la vida al espíritu de forma directa si estamos en armonía con Él”.
Jesús de Nazareth dio por terminada la lección y empezó a alejarse de la multitud, mientras que la gente hacía comentarios; –pero ¿quién es este?–, dijo uno, al parecer era un esenio, por su modo sencillo de vestir; y un joven muy contento y dando saltos de alegría, se iba corriendo tras Jesús de Nazareth y gritando fuerte decía: “¿aún no lo conocéis?, ¡es Cristo, es Cristo!”. Aquel joven se llamaba Juan.

“Así era Jesús de Nazareth”


Hace dos mil años en Nazareth, un pequeño pueblo de Israel, nació un niño que se le puso por nombre Jesús. Era el primer hijo de una familia obrera; su padre trabajaba de carpintero, se llamaba José y su esposa María, tuvieron más hijos, total siete. Jesús era un chico muy avanzado por la edad que tenía, pero esto era por ser un espíritu superior, muy evolucionado, tanto, que sus padres y hermanos no comprendían su modo de actuar y decir las cosas. Jesús llevaba en sí mismo al Cristo o Espíritu de Dios. Jesús de Nazareth nació, vivió y murió como los demás seres humanos; era bastante moreno, mas bien bajito y delgado; lo mataron por ser un gran estorbo al poder político y religioso de su tiempo; nada de nacer de una mujer virgen ni resucitar su cuerpo físico después de muerto, ya que fue depositado en una tumba prestada a sus padres, después fue cambiado de lugar, cosa que pocos sabían y que fue motivo de la leyenda de la resurrección del cuerpo de Jesús, no entendiendo lo que tantas veces decía Jesús mismo, “La carne nada aprovecha, lo que os digo es Verdad y Espíritu”. Además un día se encontrará el cuerpo de Jesús, el esqueleto, habrá polémica si era o no era el cuerpo de Jesús, pero esto aclarará más las cosas.
Jesús de Nazareth era el hombre espíritu evolucionado que vivía y actuaba en y con Cristo y aquí tenemos aclarado el sentido que tiene la palabra “evangelio” ó “buena nueva”, buscar a Cristo en uno mismo; ya el apóstol Pablo dijo: –ya no vivo yo, sino Cristo vive en mi–; dijo Jesús “aprended de mi”, y Jesús no se fue a ningún sitio o lugar determinado para encontrar a Cristo, ya que sabía que el Cristo está en cada ser humano, es el espíritu de cada uno que tiene que encontrarse con Cristo, con el Espíritu del Padre Dios, por esto el mismo Jesús decía al Padre: “Te ruego que éstos que me siguen sean como nosotros, una cosa, como Tú y yo somos una cosa”; y el apóstol Pablo dice, –somos un cuerpo en Cristo–.
Jesús, el hombre, era el vehículo o portador del espíritu evolucionado con las reencarnaciones, pero llevando siempre como guía al Cristo Universal, dándonos claramente a entender que todos los seres humanos de éste y de todos los mundos del Infinito Universo podemos y debemos buscar a Cristo en nosotros mismos, ya que esta es la finalidad del espíritu como hijos de Dios, y los somos todos, somos dioses en potencia. Bien claro lo entendieron los que estaban cerca del “Maestro”, por esto la historia hoy se repite y después de casi dos mil años otros obreros, los pobres del mundo, tratamos de ve-vivir aquellos sublimes momentos con hechos, y no con leyendas, mitos, etc., que de nada han servido; ahora nosotros, los verdaderos apóstoles de Cristo, obreros, pobres del mundo, hemos restaurado la verdadera Iglesia del obrero Jesús de Nazareth siguiendo sus sabias enseñanzas sin necesidad de aprender de la religión de los ricos; “la iglesia verdadera en cada casa obrera”. ¡Aleluya! ánimos y adelante.

“El joven Apóstol”


Era una mañana en Jerusalem, la gente se apretaba en las estrechas calles donde vendían mercadería y se cambiaban artículos y las mujeres compraban la comida haciendo tertulia en los portales. A uno de tantos grupos de personas que compraban apiñándose alrededor de un puesto de venta, y formando como siempre escándalo, se acercó un niño con un pan bajo el brazo y se quedó distraído observando el escandaloso ruido que hacían aquellas gentes. En ese momento otro niño de entre la gente se acercó al niño distraído y le agarró el pan echando a correr a toda prisa; al verse sin el pan el niño empezó a perseguir al ladronzuelo que tropezando con la piedras de la calle quedó a los pies del “Maestro” cayéndole el pan de debajo del brazo y rodando por la calle; el niño recogiendo el pan empezó a dar voces de ¡ladrón, me has robado!, ¡no eres más que un ladrón!.
El “Maestro” Jesús al ver esto agarró por un brazo al muchacho mientras que el chico repetía: –¡no me pegues Señor, no me hagas daño!–. Entonces el “Maestro” le dijo: “No te preocupes, no te haré nada, ¿sabes quién soy yo?”, y el niño asustado respondió:–Sí; tú eres el que predica a la gente y que dice tantas cosas bonitas, tú eres Jesús el carpintero, pero no me hagas daño–. Entonces Jesús le preguntó: “¿Porqué has robado el pan a aquel muchacho?”; –es que hace ya unos días que no como pan y mi madre tampoco y tengo hambre– dijo el niño.
Entonces Jesús cogió al chico y entró en una posada sentándose los dos en una mesa; habían algunos apóstoles que viniendo de trabajar habían visto el hecho y observaban al “Maestro” y al niño hambriento. Jesús pidió un plato de sopa y pan para el niño y éste empezó a comer, primero poco a poco, pero luego iba más aprisa, casi atragantándose. Jesús le decía: “No tengas prisa por comer, come poco a poco y tranquilo”; el niño acabó la sopa mojando el pan y repelando el plato. Pero quedó un trozo de pan y el pequeño dijo al “Maestro”, –¿me lo puedo llevar para mi madre?– Jesús, diciéndole que sí le acompañó pues al portal y le dijo: “Vete y no robes más, si tienes hambre y no tienes nada que comer ven a nosotros, a mis amigos o a mi y nos lo haces saber y te daremos lo que tengamos, pero no robes más”.
El niño, lleno y contento se marchaba pensativo y cuando estaba unos metros alejado se vuelve hacia el “Maestro” y le dice: –Rabí, ¿podría ser yo un apóstol tuyo e ir donde vosotros vais–; Entonces el “Maestro”, sabiendo que lo que el niño quería era comida le dijo: “Porqué dices esto, por la comida o porque te gustaría estar con nosotros?”; –No “Maestro” -dijo el niño- por la comida no, sino por escucharte–; El “Maestro” le repitió: “¿De verdad?”; –“Maestro”, te lo juro, que no es por la comida, es por seguirte– le aseguró el niño; “No me lo jures, te creo. –dijo el “Maestro”– Bueno, serás un apóstol mío, pero para ganarte el pan que comas tendrás que pedirlo y si no te lo dan haz algún trabajito aquí o allá y así podrás comprar el pan, pero no robes nunca nada; y si no te dan trabajo te vienes a alguno de los amigos que me siguen y alguno tendrá algo que darte para ganarte ese pan que te comas”. El niño al escuchar la propuesta del “Maestro” agachó la cabeza y dio la espalda a éste casi con lágrimas en los ojos, cuando de repente dio de nuevo media vuelta y se agarró fuertemente a las piernas del ”Maestro” llorando y besándole la mano. Este niño fue conocido como Juan, el joven apóstol que todavía hoy sigue sentándose a los pies del “Maestro” escuchando atento sus sencillas enseñanzas.

“Jesús, un niño como los demás”


Era un viernes, llegada ya la tarde y entre las calles de Nazareth habían jugando unos niños, en unos montículos de tierra en el que se encontraba Jesuah (Jesús), entre todos el mas alto aunque igual de travieso y juguetón.
Uno de los niños, subido a unos de los montículos y jugando tiró una piedra que hirió en un pié a otro niño mas pequeño que se encontraba abajo del montículo el cual empezó a llorar ya que le había hecho daño; el niño desde arriba continuaba tirando piedras sin darse cuenta de lo que había hecho, cuando Jesuah, que lo había visto todo se plantó delante de el y al ser mas alto le asustó diciéndole: “¡No le tires más piedras, no ves que le has hecho daño!”. El otro niño no sabía que responder y agachaba la cabeza avergonzado y atemorizado por Jesuah que con toda naturalidad le volvió a decir: “Sabéis qué, para olvidar esto vamos a ver si encontramos algo de comer, un poco de fruta o lo que sea”. Entonces todos fueron al campo y subiéndose a los árboles con mucha alegría y gritos de entusiasmo empezaron de nuevo a jugar y a comer. Ya era casi de noche cuando las madres salían a buscar a sus niños mientras que los maridos con la kipá puesta se disponían a hacer sus oraciones, como de costumbre. Los niños volvían uno a uno a sus casas, también Jesuah, que recibía algún que otro cachete por venir sucio y con las ropas enganchadas de los árboles.

“La puerta de Jesús”


Un día mandó José a su hijo Jesús a realizar un encargo que consistía en poner una puerta en una casa, cobrar el trabajo realizado y volver de nuevo a casa a continuar ayudando a su padre. Así pues Jesús se puso en marcha llevando la puerta a la casa en la que tenía que hacer el trabajo; llegó a la dirección que le había dado su padre José y tocó, abriéndole el dueño de la misma que enseguida le empezó a explicar como debía colocarla. Empezó pues Jesús a mirar de colocarla y no podía de ninguna manera encajarla; el hombre se dio cuenta que Jesús no sabía como hacerlo y empezó a reprenderle, pero como no conseguía nada con ello y la puerta seguía sin encajar en su sitio, hizo llamar a José para ver como se solucionaba el problema. Cuando éste llegó a la casa el dueño le dijo: –¿Porqué me mandas a tu hijo, si este no sabe hacer nada de esto, ni siquiera colocar la puerta en su sitio?.
José avergonzado e indignado con Jesús le reñía mientras que entre los dos colocaban la puerta en su lugar y una vez terminado el trabajo y disculpándose volvieron al pequeño taller.

“La tentación de Jesús”


Una noche, estando Jesús durmiendo profundamente, como un tronco, después de un largo y agotador día de trabajo en la carpintería que estaba en la propia casa, de repente se escucharon unos golpes en la puerta que se repetían continuamente. Su padre José se levantó y fue a abrir la puerta y al hacerlo se encontró que quienes tocaban era el rabinato de Israel que ordenaban a Jesús que les acompañara a ver al sumo pontífice judío. José sorprendido fue a despertar a Jesús y le dijo lo que pasaba. Jesús pues se levantó y después de calmar a su familia se fue con el rabinato a la casa del sumo sacerdote acompañado de los principales rabinos de Israel. Al llegar, Jesús quedó a solas con el pontífice y este sin decirle nada empezó a ofrecerle dinero, buenos puestos en los que ordenar y dirigir, poder, riquezas, etc., a cambio de que dejara de hablar a las gentes de Israel de la manera que lo hacía, pues les estaba perjudicando a ellos en gran manera. Pero Jesús, mirándolo con gran tristeza y pena le dijo: “No te das cuenta de lo que haces; te has parado a pensar en el ridículo que estas haciendo; acaso crees de verdad que las cosas que digo, las cosas de mi Padre Dios se pueden comprar o vender. Anda pues y apártate de mi Satanás, me eres escándalo”.

“Las habas de Pedro”


Un día estaban los apóstoles hablando de Cristo con Jesús, y éste les decía que en el mundo hay un algo que es mas poderoso para la gente que Cristo, que Dios y Pedro sorprendido le respondió: –Pero ”Maestro”, ¿qué puede haber mas poderoso e importante en el mundo que tú?–. Y el “Maestro” con una sonrisa en los labios le respondió: “Sí Pedro, hay algo mas fuerte y poderoso que yo”. Pedro de nuevo le dijo, –¿Y qué es ese algo más fuerte que tú “Maestro”?–, “El egoísmo, –respondió Jesús– y si quieres verlo Pedro, coge un saquito de habas y sígueme y verás el porqué lo digo. En el portal que yo te diga vas y pones un haba, eso querrá decir que en esa casa hay egoísmo”. Pedro cogió el saquito de habas y siguió al “Maestro” haciendo lo que le decía. ¡“Pedro, pon un haba en este portal.”!. Continuó andando: “¡Pedro, pon otra haba en este otro portal!”. Siguió caminando y diciendo: “¡Pedro, otra aquí, en este otro portal!”, hasta que  se acercó a un portal y le dijo a Pedro: “¡Pedro, pon un haba en este portal”;! –Pero “Maestro”, si esta es mi casa -dijo Pedro orgulloso–; “Entonces pon dos”, respondió Jesús dándole a entender lo que había querido decir en su principio con el egoísmo.

“Los dientes del perro muerto”


Era un sábado por la mañana e iba Jesús por un camino con algunos de sus discípulos que discutían sobre el Cristo y sus enseñanzas cuando de repente tropezaron con un perro muerto delante de ellos, tirado al lado del camino y en adelantado estado de descomposición. Al ver al perro en medio del camino y desprendiendo un fuerte olor a podrido empezaron los discípulos a hacer comentarios sobre el animal: –¡que asco¡, decía uno; ¡que olor mas fuerte y apestoso!, decía otro; ¡que olor a podrido y lleno de gusanos! comentaba otro, y así se sucedían múltiples comentarios sobre aquel animal, comentarios de desprecio y rechazo. Cuando hubieron acabado de expresar sus comentarios sobre el perro muerto Jesús, que observó y escuchó toda aquella forma expresiva de sus discípulos, se acercó al animal muerto y empezó a mirar su cabeza y lanzó al aire una pregunta dirigida a sus amigos diciéndoles: “¿Os habéis fijado que dientes más bonitos tenía este perro?”


EL DIOS DE LOS ATEOS

Decir Dios de los ateos, parece una contradicción ya que los ateos no creen en Dios; pero me parece oportuno tratar en poco más éste asunto. Según el diccionario, ateo quiere decir negar la existencia de Dios; ya en la Biblia y en el llamado antiguo testamento, se puede leer lo siguiente: "Dijo el necio en su corazón: no hay Dios". Salmos 53-1. Pero en otro Salmo se puede leer, "Los cielos cuentan la gloria de Dios". Salmos 19.1. ¿Será pues que los ateos niegan a los dioses muertos de las religiones?, porque si acudimos otra vez a la Biblia, podemos leer que, quien estará con Dios es, "El limpio de manos y puro de corazón". Salmos 24-3 y 4. Y en el llamado nuevo testamento, se puede leer que, "Dios as amor; y el que vive en amor vive en Dios, y Dios en él". 1a Juan 4-16. ¿Qué pasa pues si un ateo que niega a Dios, ama la justicia, la paz, hace el bien que puede, en una palabra, ama al prójimo?, la contestación es muy sencilla, el ateo no cree en Dios, pero le obedece, hace lo que Dios quiere que se haga en nuestra vida, ''Ama a Dios sobre todas las cosas, y al prójimo como a ti mismo", se dice también en la Biblia, pero si el ateo no cree en Dios, no le ama, pero si que le obedece, entonces está más cerca de Dios, del que dice creer en Dios y no le obedece; porque negar lo que se ve, como es el Infinito Universo, nadie lo hace, ahora bien, el Universo, la vida misma, el ser humano, etc. alguien o algo ha hecho posible su existencia, no es pues ninguna tontería llamar a este alguien o algo, Dios. Claro está que todas las religiones han contribuido siempre en el aumento del ateísmo, para presentar a un dios desfigurado, caprichoso, cruel, un dios guerrero, etc., pero la verdadera religión de Dios, el verdadero cristianismo, presenta siempre un Dios Universal, de amor, de paz, de justicia, etc., pero sin sacerdotes a sueldo, y el verdadero ateo no rechaza la paz, la justicia, la bondad, etc., pero si que rechaza a los seres humanos que negocian con las cosas de Dios; y debemos comprender que un ateo es un ser humano que piensa, que tiene sus ideas en éstas cosas, y no tiene nada que ver con otras personas que lo niegan todo, no creen en nada, y en ocasiones es todo lo contrario, creen cualquier cosa, van de una idea a otra, están confundidos, y no tienen ideas propias. El Dios pues de los ateos es el Dios de los verdaderos cristianos, los ateos niegan la existencia de Dios, pero no pueden negar la Creación, la vida misma, la justicia, paz, amor, etc., y los verdaderos cristianos de Cristo están de acuerdo con los ateos, solamente hay dos ideas entre unos y otros, Dios es el Creador, dicen los cristianos; el Universo se ha creado a si mismo, dicen los ateos, esto es todo. Y nosotros, la iglesia pobre, creemos que los verdaderos ateos están más cerca de Dios, que muchos creyentes que profesan religiones diferentes, pero que con su conductas negativas, niegan más a Dios que los ateos.


LA PARÁBOLA SOBRE EL RICO Y EL POBRE

En una de estas tardes de primavera, cuando ya se va acercando el verano, Jesús de Nazareth se encontraba reunido con varios de sus discípulos y amigos en casa de Juan, una casita en una pequeña calle de Nazareth; el "Maestro" empezó de este manera. "Una vez un hombre muy rico se paseaba cerca del mar de Galilea, estaba tan distraído pensando en las cosas que formaban su riqueza. tierras, oro, ganado, etc., que de pronto resbaló y cayó al mar, pero no sabía nadar, y así como podía pedía socorro; de pronto salió como por milagro un hombre que se lanzó al mar y salvó de una muerte segura al rico; aquel hombre que lo había salvado era completamente pobre, y el rico muy agradecido le dijo: —Yo soy rico, pídeme lo que sea, tú me has salvado la vida y yo debo recompensarte—, pero el hombre pobre le dijo, —¿acaso tú no habrías hecho lo mismo conmigo?— a lo que el rico contesto diciendo: —claro que si—; pues, dijo el hombre pobre, —entonces estamos en paz, no me debes nada—. Hasta aquí la parábola, –dijo Jesús de Nazareth–, ahora a vosotros toca aprender la lección; el rico quería recompensar al pobre con dinero, con cosas materiales, pero el pobre había expuesto su vida por salvar la del rico, y amigos, vale más la vida de un ser humano que todo el oro del mundo. Cuando se dan cosas materiales, como por ejemplo dar comida al hambriento, se hace un bien, pero re simplemente una ayuda, una limosna, pero exponer su propia vida para salvar la de otro, esto es fiel cumplimiento del mandamiento de "amar al prójimo como a uno mismo". Y una mujer que estaba escuchando a Jesús, le dijo: –Yo no soy muy rica pero tampoco soy muy pobre, y deseo seguirte, ser discípula tuya, ¿qué debo hacer?, y Jesús le contestó de este manera: "Procura aumentar tu riqueza espiritual, no te preocupes tanto de lo material, y si tus riquezas materiales van menguando, no te entristezcas y confía en Dios. Ya os he dicho en otras ocasiones, que no se puede servir a Dios y al dinero; cuando venimos a este mundo no traemos riquezas materiales, y cuando morimos no nos llevamos nada más que nuestros actos buenos a malos, no olvidéis nunca esto, y si de verdad queréis ser mis discípulos, mis apóstoles, no podéis seguir a los rabinos, a los sacerdotes de Israel, ya que ellos están unidos a las riquezas materiales y entorpecen el verdadero camino para ir a Dios, tanto, que cada vez que el camino está tan cerrado, tan confundido, nuestro Padre Dios, envía su Espíritu, el Libertador; yo soy pues la Verdad y el Camino, el Cristo”. Todos los que estaban presentes escuchando a Jesús el carpintero, se echaron a sus pies llorando y exclamando, "Maestro" tú eres el enviado de Dios, tú eres el Mesías. Y Jesús de Nazareth, tomando el brazo de los que estaban mas cerca de él en el suelo, les decía: "Levantaos y adorad solo a Dios". Ya había oscurecido y la gente poco a poco fue dejando la casa, en el cielo brillaban las estrellas, Juan recordaba siempre todas estas cocas. (Mayo).


LECCIONES EN EL ASTRAL

"Maestro", hay mucha gente que se pregunta, ¿de dónde venimos, para que estamos aquí, a donde vamos?; a veces estas preguntas me las hacen a mi, yo se estas cosas, pero como contestar ya es otra cosa "Maestro". Tú debes decirles lo siguiente, venimos de donde todos y todo viene, estamos donde debemos estar, y vamos a donde todos y todo va, resumiendo todo esto en una sola palabra, Dios. Ahora bien, hace miles de años que los seres humanos se dividen en tres grupos, los que creen, los que no creen y los que experimentan o viven los hechos; aceptar o no aceptar a Dios no tiene valor, lo que si lo tiene es vivir en y con Dios, es lo que tantas veces os he dicho, buscar el reino de Dios en uno mismo; tú me has buscado a mi como "Maestro" y has conseguido tenerme siempre, de esta única manera se puede estar siempre con Dios, trata de enseñar estas cosas a los demás, diles que no hay otra manera ni otro camino, ni en este mundo ni en los otros mundos del Infinito Universo; venimos todos y todo de Dios, somos sus ideas puestas en acción, Dios es el único que És, y nosotros somos por Él y en Él. Resumiendo todo esto en simples teorías o creencias a producido siempre lo mismo, religiones y ateísmo, filosofías humanas que muy poco han hecho avanzar al ser humano; enseña pues todo esto a todos los seres humanos que puedas, y ten presente que hay en este y en otros mundos, seres que hacen lo mismo. Hasta aquí la lección del "Maestro" en el astral. Y yo pregunto ¿porqué hay tanta gente que no comprende que no se trata de teorías sino de práctica?. Se estudia una carrera, por ejemplo médico, abogado, arquitecto, etc., y al final del estudio se pone en práctica lo aprendido, ya que la teoría de un médico, un fontanero, etc., de nada sirve sin la práctica; millones de personas aprenden una religión, una secta, o sea, se limitan a tener creencias, dogmas, practicar ritos, etc., pero muy pocos ponen en práctica vivir la vida en y con Dios, dando por resultado la confusión, el egoísmo, odio, afán de poder, de dinero, etc., quedando nuestra humanidad dividida en ricos y pobres, explotados y explotadores, militarismo, clero, unos que viven en la abundancia y otros que se mueren de hambre, etc. Aquí está pues aclarado todo, cuando se busca a Dios en uno mismo, cuando se buscan las respuestas de donde venimos, etc., en experiencias propias y no en teorías o creencias, estemos seguros que estaremos en la Verdad y veremos las cosas claras, tal como son y no como creemos nosotros, o como nos digan los demás que creamos; ya he dicho en otras ocasiones que lo importante es vivir la vida sin ensuciarla, apartar de nuestra mente todo lo negativo, y meditar, hacer oración mental, vivir lo más sencillamente posible, y por consecuencia tendremos el verdadero "Maestro" o Espíritu de Dios, aprendiendo de Él todas estas cosas. Ánimos pues y adelante. (Mayo).


TERMÓMETRO O PRUEBA ESPIRITUAL

El ser humano vive físicamente y mentalmente, pero como espíritu muchos se quedan en un estado dormido, y claro está los resultados siempre son los mismos, acaparar cosas materiales, casas, tierras, dinero, etc., procurar comer bien, vivir cómodamente, estudiar las cosas que produzcan más dinero; y unos acaparan estas cosas y otros tienen que contentarse con trabajar, y muchos viven en la esperanza de que algún día cambie su suerte, y lleguen a tener muchas cosas, mucho dinero, pero ya sin trabajar, y todo esto da por fatal resultado, ricos y pobres, explotados y explotadores, y por todas partes domina el egoísmo, la ambición, la lucha por el poder político y religioso, golpes de estado, guerras, robos, revoluciones, etc. Ahora bien, si un ser humano se pone a pensar en si mismo, en su modo de actuar, de vivir la vida, y se compara a un termómetro, teniendo en cuenta lo siguiente, si come bien, buenos manjares, sabiendo que en el mundo, a lo mejor a su alrededor hay seres humanos que se mueren de hambre, si vive en una lujosa casa, sabiendo que los hay que viven en chabolas, o sin techo, si tiene mucho dinero, sabiendo que los hay que no lo tienen ni para comprar pan, si nunca trabajan y se enriquecen, sabiendo que muchos viven trabajando toda su vida, y que mueren lentamente, esto pero si no sufren ningún accidente mortal, repito, si estos seres humanos se creen felices, sabios, listos, etc., y no experimentan nada más que una ligera compasión para los demás, y esto solo por educación, pueden estar seguros que el termómetro les marca cero, espíritu atrasado, pequeño, no evolucionado, es simplemente un niño espiritual, un niño que lo quiere todo en nuestro mundo, y es capaz de todo para obtenerlo. Y aquí vemos claramente al ser humano con mucha cultura, mucha religión, pero todo esto sin Dios. Y no olvidemos nunca que Dios se va manifestando más y más al espíritu que procura avanzar para encontrarlo, que va creciendo, que procura vivir la vida que Dios le ha dado, sin ensuciarla; en una palabra, este ser humano empieza a ser de verdad esto, un ser humano, y se puede ver ya claramente que este hecho a imagen y semejanza de su Creador que llamamos Dios. Y por consecuencia éste ser humano físico y mental, está plenamente dirigido y controlado por el espíritu, ya guiado por el Cristo Universal, o sea, el Espíritu de Dios. Y esto se consigue de forma muy sencilla, la oración, pero no la oración de palabras, sino de mente guiada por el espíritu, pidiendo al Padre, al Dios Universal, fuerza, luz y amor, no hay otro camino, al Cristo o Espíritu de Dios el único que puede guiar al espíritu en el ser humano. La iglesia pobre pues, los obreros apóstoles de Cristo, hacemos un llamamiento a los demás obreros, los pobres del mundo, que busquen a Cristo en si mismos, que se aparten de las religiones de los ricos, y traten de tener la iglesia en su casa, y a Cristo en su corazón; y a los ricos ya lo saben, Jesús de Nazareth dijo claramente que no se puede servir a Dios y al dinero, mientras el egoísmo esté dominando su mente, el espíritu está inactivo. Ánimos pues seres humanos de la Tierra, tratad de comprobar con el termómetro espiritual, vuestro verdadero estado actual en esta vida, vuestra vida en este mundo. (Junio).


LA VERDADERA IGLESIA CRISTIANA ES POBRE

"Él levanta del polvo al pobre, y al menesteroso ensalza del estiércol, para asentarlo con los príncipes; y hace que tengan por heredad asiento de honra". 1a Samuel 2-8. "No temas cuando se enriquece alguno, cuando aumenta la gloria de su casa; porque en muriendo no llevará nada, ni descenderá tras de él su gloria". Salmo 49-16. "Mejor es la comida de legumbres donde hay amor, que de buey engordado donde hay odio". Proverbios 15-17. "Mejor es el pobre que camina con su sencillez, que el de perversos labios y fatuo". Proverbios 19-1. "No trabajes por ser rico; pon coto a tu prudencia". Proverbios 23-4. "Mejor es el pobre que camina en su integridad, que el de perversos caminos, y rico". Proverbios 28-6. "¡Que el hombre trabaje con sabiduría y con ciencia, y con rectitud, y que haya de dar su hacienda a hombre que nunca trabajo en ello! también esto es vanidad y mal grande". Eclesiastés 2-21. "Además el provecho de la tierra es para todos; el que ama el dinero no se hartará de dinero". Eclesiastés 5-9 y 10. "El avaro habla en juicio contra el pobre". Isaías 32-7. "Y edificarán casas, plantarán villas, etc., no trabajarán en vano". Isaías 65-21 al 23. "Oid esto, los que tragáis a los menesterosos y arruináis los pobres de la tierra". Amós 8-4 al 27. "Y dejaré en medio de ti un pueblo humilde y pobre, los cuales esperarán en el nombre de Dios". Sofonías 3-12. "Danos hoy nuestro pan cotidiano". Mateo 6-11. Jesús da gracias a Dios por "esconder estas cosas a los sabios y darlas a los pequeños". Mateo 11-25. "Jesús era el hijo del carpintero". Mateo 13-54 al 56. "Es más fácil pasar un camello por el ojo de una aguja, que entrar un rico en el reino de Dios". (Por lo tanto es imposible). Mateo 19-24. "A los pobres es anunciado el evangelio". Lucas 7-22. "La vida del hombre no consiste en las riquezas". Lucas 12-15 al 21. "Un mandamiento nuevo os doy, que os améis unos a otros". Juan 13-34 y 35. "Jesús da la verdadera paz". Juan 14-27. "Y Pedro dijo: ni tengo plata ni oro, etc., pero curó, al paralítico". Hechos 3-1 al 6. "Entonces viendo la constancia de Pedro y de Juan, sabido que eran hombres sin letras e ignorantes, se maravillaban y les conocían que habían estado con Jesús". Hechos 4-13. "El oficio de Pablo era hacer tiendas de campaña". Hechos 18-1 al 4. "El que no tiene el Espíritu de Cristo, el tal no es de Él". Romanos 8-9. "Mirad que nadie os engañe con filosofías y vanas sutilezas". Colosenses 2-8. "Ya oh ricos, llorad por vuestras miserias que os vendrán, vuestro oro está corrompido, engañáis a los obreros, atesoráis para vosotros etc.". Santiago 5-1 al 6. "Dios es amor, y el que vive en amor vive en Dios y Dios en él". lª Juan 4-16. "El que venciere será vestido de vestiduras blancas; dice Cristo". Apocalipsis 3-5. Resumiendo, nosotros los obreros, los pobres del mundo, somos los verdaderos apóstoles de Cristo, si tratamos de seguirle de verdad; sobran pues todas las religiones organizadas de los ricos; además, estos son algunos de los muchos versículos de la Biblia que se defiende a los pobres, ¿donde están los versículos de la Biblia que se defienda a los ricos?. Adelante pues y ánimos obreros pobres del mundo, el verdadero y único cristianismo en el mundo es nuestro, es pobre, lo dice Dios mismo, y la vida misma. "BIENAVENTURADOS VOSOTROS LOS POBRES; PORQUE VUESTRO ES EL REINO DE DIOS". Lucas 6-20. "NO PODÉIS SERVIR A DIOS Y AL DINERO". Mateo 6-24. (Junio).


MENSAJE A LOS SACERDOTES DEL MUNDO

Me llamo Cayetano Martí, soy mallorquín, soy obrero yesero ya jubilado, empecé a trabajar a la edad de nueve años, fui muy poco a la escuela, no tengo estudios, pero he dedicado toda mi vida a las cosas de Dios, trato de ser siempre discípulo y apóstol de Cristo. Este mensaje es para todos los sacerdotes de las religiones del mundo, en particular los que se fundan en la Biblia, judíos, católicos, protestantes, etc., a todos salud y paz. Ha llegado ya el momento de que hagáis un cambio total en el modo de predicar las cosas de Dios; hace dos mil años que Cristo por boca del obrero carpintero Jesús de Nazareth, ya predicaba a los sacerdotes de Israel el camino sencillo de la verdadera religión de Dios, y no quisieron escucharle, pero los obreros de Cristo formaron el verdadero cristianismo, que fue vencido muchos años después, por el catolicismo organizado y por el protestantismo; hoy el clero judío aún espera al "Mesías", dirigiendo una religión muerta, y el llamado cristianismo católico y protestante, que dicen que ya lo tienen, han hecho otra religión muerta, espiritualmente, y solo les queda poder y dinero a ambos dirigentes. Pero ya ha llegado el momento de que tengáis presente que la verdadera religión de Dios ya está en marcha, la iglesia pobre, las sencillas enseñanzas de Jesús de Nazareth, el Cristo, el evangelio; amigos sacerdotes de todas las religiones, si queréis predicar las cosas de Dios, no olvidéis nunca lo que dice Cristo: "No podéis servir a Dios y al dinero", si queréis que el evangelio de Cristo sea también para vosotros, debéis hacer lo mismo que nosotros obreros, en Mallorca ya hemos empezado a vivir y predicar el evangelio de Cristo sin organizar nada. "La iglesia verdadera en cada casa obrera", si queréis ser verdaderos discípulos de Cristo, debéis trabajar como lo hacían los primeros apóstoles y como lo hacemos nosotros, predicamos sin más "Maestro" que Cristo mismo, o Espíritu de Dios. Papas, cardenales, obispos, sacerdotes, rabinos, pastores, etc., buscad a Cristo en vuestro corazón y sin estudios humanos lo tendréis, y con propiedad podréis predicar su evangelio, tratad de vivir en y con Dios, y decid a vuestros seguidores que hagan lo mismo, sobre todo los ricos, cuando tengan a Cristo en su corazón, no habrá paro, huelgas, explotación, guerras, etc., ya que las riquezas materiales serán para beneficio de todos, por ser de verdad cristianos de Cristo, mientras que ahora solo tienen creencias o dogmas en las religiones muertas. Cristo o Dios Universal es el Único Camino, el que puede darnos la verdadera Paz y Justicia en nuestro mundo, a toda la humanidad; escuchad pues sacerdotes del mundo, la voz eterna de Cristo, que siempre llama a la humanidad, por boca de profetas, apóstoles, etc., ayer era Pedro, Pablo, Juan, hoy somos nosotros, desde la Isla de Mallorca. (Junio).


IGLESIA DE CRISTO POBRE DE MALLORCA

Amigos, salud y paz. La Iglesia de Cristo pobre no es una secta más, es simplemente el retorno al cristianismo sencillo de los primeros cristianos, que vivieron plenamente las enseñanzas de Cristo en la persona de Jesús de Nazareth, el obrero carpintero de Israel. Hoy, después de casi dos mil años nosotros, varios obreros en Mallorca, hemos hecho posible la restauración del cristianismo, yo mismo, como obrero yesero ya jubilado, después de muchos años de predicación del evangelio y escribir mensajes dictados por el "Maestro", un jueves memorable de 9 de Julio del año 1987, reuní en casa de nuestro amigo Casto Cantos a unos cuantos amigos para así de forma sencilla, restaurar la iglesia pobre; obreros, apóstoles de Cristo, sin templos, sin locales, sin sacerdotes, pastores, etc., a sueldo, de esta forma hemos vuelto al cristianismo primitivo, cosa que no han conseguido las dos formas del llamado cristianismo de los ricos, el catolicismo y el protestantismo. Ya el "Maestro" dijo bien claro, que "no se puede servir a Dios y al dinero", nosotros pues, fundándonos sobre unas palabras clave en el cristianismo, hemos restaurado la Iglesia de Cristo, "Bienaventurados vosotros, los pobres, porque vuestro es el reino de Dios". Lucas 6-29. Claro está si tratamos de seguir de verdad al Único "Maestro", el Cristo Universal, el Espíritu de Dios que está en cada ser humano. Ya Cristo mismo nos dice que busquemos el reino de Dios, y las demás cosas nos serán añadidas, las demás cosas espirituales claro está, también tendremos las cosas materiales indispensables pare vivir. El cristianismo es acción, firmeza, alegría, Paz, amor, justicia, etc., pero también es vida espiritual o verdadero misticismo; y al cristianismo de verdad no le asustan ni le son extraños, los contactos con Cristo, que para los seres humanos, no seguidores del "Maestro" son llamados fenómenos ocultos, no naturales, pero que para todo seguidor de Cristo son tan normales coma la vida misma. Los llamados extraterrestres, ángeles, el astral, los cielos, el espíritu, hijos de Dios, vida eterna, o sea, reencarnación, etc., no son teorías leídas en un libro, o discutidas en reuniones de sectas, grupos, etc., son experiencias propias. No confundamos pues las cosas, ya es hora de hablar claro, no se trata de cultura, de cosa intelectual, etc., Cristo no es algo para discutir, polemizar, escribir libros sobre Él, fundar religiones, sectas, sociedades, etc., Cristo o Espíritu de Dios, es VIDA, y la vida no se discute, sino que se vive y en paz. "La iglesia verdadera en cada casa obrera y Cristo en el corazón". Cristo dijo, "vosotros sois la luz del mundo", entendamos bien esto, VOSOTROS, pero no vuestro saber humano, no la teología, metafísica, filosofía, etc., Cristo se refiere a nuestros actos, a nuestra propia vida; dijo el "Maestro", "Por sus frutos los conoceréis, claro está, no por su sabiduría humana, que de nada sirve sin Cristo, ya que Él es el verdadero "Maestro", Luz Guía en éste mundo y en todos los mundos del Infinito Universo, la gran Casa de Dios. (Agosto).


LOS PROFETAS Y APÓSTOLES DE DIOS

Desde el principio de la humanidad en nuestro mundo, siempre han habido profetas y apóstoles de Dios, siempre obreros, los pobres del mundo. En la Biblia misma ya se nos dice que Dios dijo al hombre: "Con el sudor de tu frente comerás el pan", Génesis 3-19. Aquí ya tenemos una declaración escrita de algo que no puede ser de otra forma, sin trabajo no hay pan, y claro está que los primeros seres humanos en nuestro mundo, para poder comer tenían que trabajar, y estos obreros, pobres del mundo, empezaron a observar las cosas que estaban a su alcance, las plantas, los animales, el Sol, la Luna, las estrellas, la lluvia, truenos, etc., y seguramente al principio tuvieron miedo, pero andando el tiempo el miedo se convirtió en admiración, aquí tenemos el principio de la verdadera religión de Dios, que mucho tiempo después algunos seres humanos la emplearon para su propio egoísmo, presentándose como los sacerdotes de Dios, empezando de esta manera la llamada cultura de los pueblos, y estos sacerdotes fueron acaparando ideas, y sobre todo las experiencias de las cosas de la vida. Pero siempre apartados de la cultura de los sacerdotes o sabios, han estado presentes los profetas, los apóstoles de Dios, que sin ninguna clase de estudios humanos, han dado las ideas clave para la humanidad, Paz, Amor, Justicia, Bondad, etc., estos son los obreros, los pobres del mundo, que han buscado a Dios. Aquí tenemos la Religión, la Orden espiritual más antigua de la Tierra. El llamado progreso humano se basa en ciencias físicas, inventos, comodidades, etc., pero dentro de este progreso están las armas para matar, hasta llegar a la bomba atómica, y los sacerdotes de todas las religiones hacen la vista gorda, y son cómplices de tales aberraciones de la llamada cultura humana, y las llamadas sectas, sociedades esotéricas, culturales, etc., están en el mismo campo que las religiones, y todos estos grupos humanos se dedican siempre a vender religión, cultura, sabiduría humana, etc. Pero los verdaderos profetas y apóstoles de Dios, han sido y son siempre la verdadera Luz del mundo; ya Jesús de Nazareth dijo bien claro: "Bienaventurados vosotros los pobres, porque vuestro es el reino de Dios". Lucas 6-20. Y claro está que Jesús se refiere a los pobres que desde el principio de la humanidad en nuestro mundo, han buscado a Dios, y no en la llamada cultura humana, pero si en el corazón; los hombres y mujeres con bondad en nuestro mundo, nos demuestran claramente que la humanidad puede vivir en Paz, Justicia, Amor, etc., sin la llamada cultura humana, mientras que la cultura humana sin el Amor de Dios en el corazón, es simplemente destrucción, muerte. Por esto la iglesia pobre de Mallorca, siguiendo la línea de la más antigua religión, la de Dios, hace un llamamiento a todos los obreros del mundo, los pobres del mundo, que busquen a Dios en su corazón, como nosotros lo hemos hecho, somos pues obreros profetas y apóstoles de Cristo. (Septiembre).


SÓLO DIOS SABE QUIENES SON SANTOS

La iglesia de los ricos hace santos a hombres y mujeres que, según el clero, han llevado una vida humilde, de oración, de sacrificio, etc., o simplemente han sido mártires, perseguidos, maltratados, asesinados, por predicar las doctrines de Cristo; así por ejemplo, además de las otras religiones, tenemos el catolicismo que tiene muchos santos y santas, aquí no vamos a discutirle al Vaticano, la verdad o mentira de la llamada santidad de dichas personas, pero sí  que tenemos el derecho y el deber, como iglesia pobre, decir que hasta ahora nadie de las religiones de los ricos, ha dicho nada sobre la vida santa de muchos pobres en nuestro mundo. El catolicismo, por ejemplo, podrá decir que tiene centenares o miles de santos, pero la iglesia pobre tenemos millones y millones de santos, que a través de la historia humana han vivido una verdadera vida de sacrificio, de oración, de sufrimiento, etc., hombres y mujeres, obreros, pobres del mundo, pasando hambre, enfermedades, esclavitud, explotación, siendo asesinados en las guerras de todos los tiempos, etc. Después podemos ver en la historia humana, hombres y mujeres formando familias, teniendo muchos hijos, pasando miseria y los padres trabajando desesperadamente, para dar un poco de pan a sus hijos; madres obreras, pobres, sacrificando toda su vida para sus hijos y su marido, y enfermando lentamente, para ir a parar en el lecho de muerte del hospital o de un asilo. Sí, la iglesia pobre en el mundo, tiene millones de santos que tienen bien merecido el cielo, ya sabemos que la teología católica, por ejemplo, nos dirá que sus santos lo son además de sacrificio, martirio, etc., lo son también par sus milagros, hechos sobrenaturales, etc., pero en la iglesia pobre encontraremos millones de hombres y mujeres, en la historia humana, que en muchos momentos de su vida han llamado, invocando, llorando, a sus padres fallecidos, millones de pobres en su tristeza, en su soledad, han clamado, ¡padre mío, madre mía, ayudame!. Y seguro que se habrán realizado millones de los llamados milagros, verdaderas conversiones, arrepentimientos, etc., que no constan en los llamados documentos de la iglesia de los ricos, pero sí que están bien claros y seguros a los ojos de Dios. Si, amigos, la iglesia de los ricos está en su derecho de hacer creer en sus santos, incluso los mismos ricos tienen derecho a creer que un rico puede ser santo, y esto no lo vamos a discutir aquí, pero Cristo dice, que no se puede servir a Dios y al dinero; claro está que sólo Dios sabe quienes son santos, pero una cosa es cierta, nosotros, la iglesia pobre de Mallorca, tratamos de llamar la atención a los obreros, los pobres del mundo, diciendo de forma clara y segura, que si Dios tiene por santos a los declarados como tales, en la religión de los ricos, también los tiene en la gran religión o iglesia pobre, en toda la Tierra, y estos se cuentan por millones de millones. (Octubre).


HAY QUE DARSE DE BAJA DE LA IGLESIA

En España en que la gran mayoría de españoles son bautizados por la iglesia católica, nos encontramos también en que la mayoría de éstos bautizados no se sienten católicos, y muchos se declaran ateos, y por aquello de la costumbre a rutina, muchos de estos católicos nominales, se casan por la iglesia, bautizan a sus hijos, etc., y no creen en nada; pero siguen aumentando la lista de españoles bautizados, cosa que aprovecha la iglesia católica para cobrar del estado, según la prensa, este año el gobierno español ha entregado al clero católico más de trece mil millones de pesetas, y lo chocante es que una vez el ministro de trabajo dijo, no se puede reducir ahora el tiempo de la jubilación a los obreros, los sindicatos piden la jubilación a los 64 años, pero el ministro trabajo dijo que esto costaría mucho dinero; pero se lo entregan a los sacerdotes católicos. Si, nosotros obreros, que formamos a iglesia pobre, hacemos un llamamiento a los demás obreros que no se sienten católicos que se den de baja de dicha religión, serán más libres y todos los españoles saldremos ganando, hasta la misma iglesia católica perderá en cantidad, pero ganará en calidad. Amigos obreros, si pasáis de religiones debéis daos de baja, acudid a la parroquia en donde fuisteis bautizados, o al obispado, pedid la baja, que se os confirme por escrito y cuño de dicho obispado, y si se os pone dificultades decid a los sacerdotes que vosotros jamás os fuisteis a daos de alta en dicha religión, y que fueron vuestros padres que pidieron vuestro bautizo, pero ahora sois mayores de edad y no os interesa estar en la lista de los católicos. Amigos obreros, sed libres de verdad, y si no os interesa pertenecer a la iglesia pobre, por lo menos daos de baja de la iglesia de los ricos, llámese coma se llame. Ánimos pues y adelante.