“El evangelio de Cristo según el apóstol Juan”
Yo, Cayetano
Martí Valls, nacido en el pueblo de Inca, Mallorca en el año 1918, obrero
yesero ya jubilado y en otro tiempo Juan, ahora en el año 1987 debo repetir la
idea de escribir el evangelio de Cristo, sin manipulaciones extrañas.
En el
principio de la vida de Jesús de Nazareth, el obrero carpintero ya llevaba en
sí mismo al Cristo Universal, o sea, el Espíritu de Dios que lo recrea todo
eternamente. Cristo pues, guiando sencillamente el espíritu de Jesús, el
hombre, en su libertad humana, nos da el verdadero ejemplo como evangelio de
Cristo, ya que Él es el Buen Pastor, Guía, Maestro, etc., de la humanidad en
este mundo y en todos los mundos del Infinito Universo.
Ahora bien,
hablemos un poco de Jesús de Nazareth. Ya se ha dicho en otros escritos o
evangelios algo sobre su nacimiento, su vida y su muerte, aquí pues trataremos
de aclarar las cosas; Jesús de Nazareth nació, vivió y murió como todos los
demás seres humanos, no podía ser de otra manera, Dios no puede contradecirse
ya que Cristo dijo por boca de Jesús, “aprended
de mi”; en éste caso debemos aprender de Jesús el hombre, y cuando dice
seguidme, debemos comprender que es a Cristo que hay que seguir y no al hombre,
de lo contrario no tendrían sentido las palabras “un ciego no puede guiar a otro ciego” que tan claramente dijo
Cristo; nada pues de nacimiento virginal, nada pues de los fantásticos milagros
y nada de la resurrección del cuerpo físico de Jesús, ya Cristo mismo dice “las palabras que yo os hablo, son verdad y
espíritu, la carne aprovecha”, y cuando Cristo nos dice que busquemos el
reino de Dios, nos da el humano ejemplo de Jesús de Nazareth, el carpintero que
tenía en sí mismo el reino de Dios, o sea, Cristo. Y debo decir a todo esto que
Jesús de Nazareth se ponía a andar de un lado a otro y dando fuertes gritos
decía: “¿es que no comprendéis todo lo
que os digo?”, y en esos momentos parecía que su cuerpo físico crecía, y
esto que era mas bien bajito, mas feo de lo que lo pintan, un poco encorvado y
a veces se quejaba de su pié derecho, pero su mirada era penetrante, bondadosa
y nos sentíamos contentos y muy seguros de estar a su lado y poder escuchar a
Cristo que hablaba tan sabiamente, pero muchas veces Jesús de Nazareth tenía
que repetirnos las cosas por nuestra ignorancia como obreros, como gente
sencilla de Israel, pero mas grande era la ignorancia de los sacerdotes que se
las daban de sabios no entendiendo nada del “Maestro” Cristo.
Jesús de
Nazareth era muy sencillo; un día se dejó purificar en el río Jordán por un
profeta que se llamaba Juan, pero otro día algunos de nosotros íbamos a su
encuentro y lo encontramos cargado con un fardo de leña ayudando a una pobre
mujer que no podía llevarlo, y como la cosa mas natural, dejó la leña en el
portal de la casa de aquella mujer al mismo tiempo que nos decía: “Bien amigos, vamos a charlar un rato más”.
“Cristo enseñando a sus discípulos”
Nos decía el
“Maestro”: “Yo soy el Buen Pastor, la
Verdad, la Vida; yo soy el que puedo daros la verdadera agua para calmar la sed
espiritual, y cuando os digo que nadie puede ir a Dios sin mi comprended que es
como decir que nadie puede vivir sin la vida; nuestro Padre que está en los
cielos tiene pues muchas casas o mundos para todos, Dios es Espíritu, nosotros
sus hijos somos espíritu, es por esto que adorar, amar, obedecer, etc. a Dios
tiene que ser en espíritu y todo esto repercutirá positivamente en la vida del
cuerpo físico.
Comprended que cuando yo os digo, los ciegos ven,
los sordos oyen, los cojos andan, me refiero al espíritu, pues un ser humano
ciego o cojo físicamente puede ser habitación de un espíritu muy elevado, muy
evolucionado. Y para evolucionar, avanzar, elevarse el espíritu, es necesario
volver a nacer, de esta forma iréis conociendo la Verdad y la Verdad os hará
libres. Antes que Abraham, Noé, Adán, etc. existiesen, yo ya existía como
aliento de Dios, Espíritu de Dios, Cristo, pero todos los espíritus del
Infinito Universo existen desde la Eternidad a los cuales yo les estoy
despertando, enseñando, ayudándoles a andar en el camino o montaña, para llegar
al Padre, a Dios, como espíritus ya desarrollados y convertidos en dioses, o
sea, hijos de Dios ya mayores de edad. Cuidado pues con los falsos maestros,
pastores, etc., ya que solamente son alumnos y rebaño; yo soy pues el Buen
Pastor y “Maestro” que ahora os hablo, pero que si me buscáis en vuestro propio
corazón, en vosotros mismos, me encontrareis y me tendréis siempre, esta es la Verdad
Universal, la de Dios. Ya se dijo, ama a tu prójimo como a ti mismo; yo os
aclaro mas esto, amaos unos a otros como yo os amo, pues no olvidéis nunca que
Dios es Amor.”
Jesús de Nazareth repetía constantemente:
“Yo estoy en el Padre y el Padre está en mi, y ruego
al Padre que vosotros estéis conmigo y con el Padre, o sea, Dios y ser todos
seamos una cosa y en esto tendréis Paz; yo soy la Luz y si vosotros estáis
conmigo no andaréis en tinieblas, al contrario, seréis también luz. Además ya
no os tengo como extraños, ya os llamo amigos, hermanos, ya que empezáis a
comprender estas cosas; tenemos pues todos un Dios y Padre recreador del
Infinito Universo, nos ama, nos comprende y nos guía; yo mismo Jesús el hombre,
nada podría hacer sin Cristo o Espíritu de Dios que está en mi, así es pues que
cuando os digo que yo soy el verdadero pan de vida, agua que calma la sed,
etc., me refiero al espíritu; está bien que trabajéis para ganaros el pan que
coméis físicamente, pero debéis trabajar también para ganar el pan o aliento
del Espíritu, y esto no lo encontrareis en las sinagogas o templos, lo
encontrareis en vosotros mismos, es mas, en estos lugares os van a decir que
estáis equivocados y hasta puede ser que os maltraten, ya que los sacerdotes
quieren ser los únicos intermediarios entre Dios y los hombres, pero no les
hagáis caso pues solo hay un mediador entre Dios y los seres humanos o
espíritus, Cristo”.
“Jesús de Nazareth en Jerusalem”
Jesús de
Nazareth con algunos de sus discípulos entró en el templo de Jerusalem, como de
costumbre lo hacía en las sinagogas, pero se encontró con el deplorable momento
de la mercadería, venta de bueyes, ovejas, palomas, etc., con el natural
griterío del mercado y Jesús de Nazareth, el obrero carpintero no pudo
reprimirse y dando una rápida mirada a todo lo que le rodeaba, se encaró a los
mercaderes y les habló de esta manera: “Quitad
todo esto de ahí, el templo es para orar, para meditar las cosas de Dios, pero
no para vender cosas o animales, vosotros pues habéis convertido la sinagoga o
templo, en casa de mercaderes, en nombre de Dios, ¡marchaos, salid del
templo!”. Y los mercaderes dijeron a Jesús: –¿quién eres tú para hablarnos
de esta forma?; “yo soy como vosotros,
pero verdadero seguidor de la Ley de Dios, mientras que vosotros seguís las
leyes humanas, eso es todo”.
Un día los
fariseos le presentaron una mujer prostituta y dijeron a Jesús: –Hemos
encontrado a esta mujer pecando y la ley dice que debemos apedrearla, ¿tú que
dices?–. Y Jesús contestó: “Hacedlo
vosotros y empiece el que no tenga pecado en sí mismo”, pero aquellos
hombres mirándose unos a otros poco a poco se fueron alejando y Jesús cogiendo
la mano de la mujer que estaba arrodillada a los pies del “Maestro”, le dijo: “Levántate y vete, pero procura no pecar
más”; la pobre mujer llorando, besando varias veces las manos de Jesús, se
iba alejando poco a poco y Jesús dijo a sus discípulos: “Es fácil juzgar a los demás pero no lo es tanto si se trata de
juzgarse uno mismo; no olvidéis nunca que no se avanza en el camino espiritual
viendo las faltas de los demás, sino viendo las propias suyas y tratar de
corregirlas”. Los discípulos, hombres y mujeres que estaban escuchando al
“Maestro”, estaban maravillados y llenos de admiración, pues jamás habían oído
palabras tan sencillas y tan sabias y sobre todo dichas por un obrero
carpintero; muchos ya pensaban pues que Jesús de Nazareth no era solamente un
profeta, sino el más grande profeta y tenían razón, pues Cristo, que siempre ha
guiado a los espíritus en el camino de Dios, en Jesús de Nazareth lo hacía de
tal forma que hasta los niños podían entenderlo, pero esto a los rabinos y
sacerdotes de Israel no les favorecía en nada ya que Cristo enseñaba el camino
de Dios sin sacerdotes a sueldo, sin templos, sin ritos, etc., pero sí con un
verdadero desarrollo del espíritu guiado por Cristo mismo en la vida de cada
uno.
Un día
acudieron a Jesús algunos enfermos pidiéndole que los curase; tu puedes, le
decían y Jesús de forma muy sencilla y cariñosa ponía sus manos sobre los enfermos,
al mismo tiempo que les decía palabras de consuelo; algunas veces había
curaciones que creaban polémicas entre la gente y sobre todo entre los
sacerdotes que no les gustaba todo aquello; mientras tanto los pobres
escuchaban al “Maestro” y trataban de comprenderle y seguirle, claro está, la
luz no asusta a nadie, sino que atrae, ilumina.
“Cristo es el Espíritu de Dios”
Juan, el
profeta purificador, estaba en el río Jordán tratando de purificar a las gentes
que acudían a él y entre ellos acudió Jesús de Nazareth, pero Juan lo reconoció
y exclamó: –Aquí está el que os purificará en espíritu, yo solamente lo hago
con agua–; entonces mucha gente trataba de seguir al “Maestro”, al Cristo que
hablaba por boca de Jesús de Nazareth, pero las palabras de Jesús a veces eran
o parecían difíciles de entender; “Yo soy
la Luz –decia– y el que venga conmigo nunca estará en tinieblas, soy la Luz del
Mundo, la Verdad, el Camino, pero debo purificaros en espíritu; Dios es
Espíritu y los que le adoran deben hacerlo con y en espíritu; vosotros sois
espíritu, estáis hechos a imagen y semejanza de Dios que es nuestro Padre,
nuestro Creador, todos somos dioses en potencia, o sea, somos parte de Dios,
pero Dios no está dividido, es Todo, es por esto que os digo que debéis amaros
unos a otros, ya que Dios es Amor. Se os ha enseñado hasta ahora, me refiero a
los sacerdotes, que tenéis que seguir sus enseñanzas, sus ritos, etc., pero yo
os digo que todo esto no es necesario, Dios no habita en templos hechos de mano
de hombre, sois vosotros mismos el sagrado Templo de Dios, tratad de entender
estas cosas, tenéis que purificar vuestro cuerpo físico, cuidarlo, alimentarlo,
tener vuestra mente limpia y clara para que de esta forma vosotros, que sois
espíritu, podáis morar, vivir y evolucionar en una casa limpia que es vuestro
cuerpo físico y no admitir en vuestra casa, en vuestra mente nada que sea
negativo por ejemplo el odio, egoísmo, ambición, venganza, vicios, etc.;
nuestro mundo, los mundos del Infinito Universo o casa del Padre, no están para
adorno, los cielos no están porque sí, ya que todo tiene su sentido, su misión;
en la casa de nuestro Padre Dios hay muchas habitaciones y nosotros como buenos
hijos no tenemos que perder el tiempo estropeando las cosas o aficionándonos a
las cosas, oro, casas, tierras, etc. entre los seres humanos. Seguidme pues
espíritus pequeños, atrasados, y yo os purificaré y podréis crecer y adelantar;
Juan os purifica con agua, yo os purifico con Espíritu”.
Jesús de
Nazareth, el obrero carpintero, trataba de enseñar estas cosas y había ya
muchas personas, hombres y mujeres que le entendían, podían ya ver claramente
al Cristo, al Mesías que estaba en y con Jesús, el hombre, y las cosas
materiales, las cosas de éste mundo iban perdiendo valor y se quedaban en su
justo sentido, en el lugar que deben estar y servir a los seres humanos; y el
Espíritu, el Cristo, iba creciendo y viviendo la verdadera vida por la cual ha
sido creado por Dios. Yo Juan, pues, os digo que tratéis de entender estas
cosas, de vivirlas, no hay otro camino, no hay otra verdad; las religiones
humanas solo entorpecen el camino, manipulan la verdad, pero el Buen Pastor, el
“Maestro”, el Guía, la Luz es Cristo, o sea, el Espíritu de Dios.
“El Gran Mandamiento de Dios explicado”
Era una hermosa
mañana de un sábado en Jerusalem y en la plaza, frente al templo, un buen grupo
de personas estaban rodeando al “Maestro” escuchando sus sabias palabras;
Cristo por boca de Jesús de Nazareth, empezó de esta manera: “Muchas veces se ha dicho por boca de los profetas y muy repetido por
los sacerdotes, que hay que amar a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como
así mismo, también yo os digo lo mismo, es mas, también os digo que todas las
cosas que queréis que los demás hagan por vosotros, que digan de vosotros,
etc., haced vosotros lo mismo por ellos, esto es todo, sobran pues las
ceremonias, ritos, rezos, etc. en el templo, ya que Dios no tiene en cuenta ni
juzga estas cosas sino los actos positivos de completo acuerdo con el espíritu
de los seres humanos en la vida diaria. La religión verdadera es vida, paz
interior que se manifiesta al exterior; no es malo ir al templo, pero esto
demuestra claramente que si buscáis a Dios en el templo es porque no lo tenéis
en vuestro corazón; Dios no es un ser que hay que buscarlo en un lugar
determinado, acudir a Él, etc., es en sí mismo que hay que buscarlo, mejor
dicho, descubrirlo, el espíritu que está hecho a imagen y semejanza de Dios, su
Creador; cuando yo os digo que soy la Verdad, la Vida, la Luz, etc., os digo
claramente lo que sois vosotros mismos, lo que pasa es que muchos de vosotros
no me entendéis, estáis como muertos, debéis renacer, resucitar de nuevo y esto
lo podéis hacer ahora, apartad de vuestra mente todo lo negativo, pensad
solamente en Cristo, tratad de amar a Dios con todas vuestras fuerzas, tratad
de repartir este amor con el prójimo, notareis en vosotros mismos que vais
creciendo espiritualmente, esto os será por señal de que el reino de Dios
empieza a estar en vosotros mismos, después todas las cosas que necesitéis os
serán dadas. Somos todos dioses en potencia ya que somos Dios mismo, muchos de
vosotros tratáis de seguirme, os gusta escuchar mis enseñanzas, pero sin
practicar lo que os digo no adelantáis nada, debéis obrar estas cosas y no
solamente creerlas, saber un oficio pero no practicarlo de nada sirve; los
mandamientos de Dios no son para creer, recitar, hablar de ellos, etc., son
para vivirlos, no se trata de creer o no creer en Dios, hay que sentir a Dios
en uno mismo, vuestro espíritu debe estar en completa armonía y unión con
Cristo o Espíritu Universal de Dios. Ánimos pues y aprended de mi, soy Jesús de
Nazareth, vuestro amigo, tener a Cristo es tener la Luz, la Paz, la Justicia,
el Amor de Dios en uno mismo; vivid estas cosas y después podréis predicarlas,
enseñarlas a los demás siendo verdaderamente mis discípulos; no olvidéis nunca
que en las cosas de Dios solo hay un verdadero “Maestro” que es Cristo, sobran
pues los maestros de las religiones humanas, pues la religión de Dios tiene un
solo sacerdote, Cristo, que al estar en y con los espíritus humanos, hombres y
mujeres, los convierte en verdaderos sacerdotes de Dios”.
“La parábola sobre el rico y el pobre”
En una de
estas tardes de primavera, cuando ya se va acercando el verano, Jesús de
Nazareth se encontraba reunido con varios de sus discípulos y amigos en casa de
Juan, una casita en una pequeña calle de Nazareth; el “Maestro” empezó de esta
manera: “Una vez un hombre muy rico se
paseaba cerca del mar de galilea, estaba tan distraído pensando en las cosas
que formaban su riqueza, tierras, oro, ganado, etc., que de pronto resbaló y
cayó al mar, pero no sabía nadar y así como podía pedía socorro; de pronto
salió como por milagro un hombre que se lanzó al mar y salvó de una muerte
segura al rico; aquel hombre que lo había salvado era completamente pobre y el
rico muy agradecido le dijo: –yo soy rico, pídeme lo que sea, tú me has salvado
la vida y debo recompensarte–, pero el hombre pobre le dijo: –¿acaso tú no
habrías hecho lo mismo conmigo–, a lo que el rico le contestó: –claro que si–;
–pues, -le dijo el hombre pobre- entonces estamos en paz, no me debes nada”.
Hasta aquí la
parábola –dijo Jesús de Nazareth–, a vosotros toca aprender la lección; el rico
quería recompensar al pobre con dinero, con cosas materiales, pero el pobre
había expuesto su vida por salvar la del rico, y amigos, vale mas la vida de un
ser humano que todo el oro del mundo; cuando se dan cosas materiales, como por
ejemplo dar comida al hambriento, se hace un bien pero es simplemente una
ayuda, una limosna, pero exponer su propia vida para salvar la de otro, esto es
fiel cumplimiento del mandamiento de amar al prójimo como a uno mismo.
Y una mujer
que estaba escuchando a Jesús le dijo: –yo no soy muy rica pero tampoco soy muy
pobre y deseo seguirte, ser discípula tuya, ¿qué debo hacer–, y Jesús le
contestó de esta manera: “Procura
aumentar tu riqueza espiritual, no te preocupes tanto de lo material, y si tus
riquezas materiales van menguando no te entristezcas y confía en Dios; ya os he
dicho en otras ocasiones que no se puede servir a Dios y al dinero; cuando
venimos a este mundo no traemos riquezas materiales y cuando morimos no nos
llevamos nada más que nuestros actos buenos o malos, no olvidéis nunca esto, y
si de verdad queréis ser mis discípulos, mis apóstoles, no podéis seguir a los
rabinos, a los sacerdotes de Israel, ya que ellos están unidos a las riquezas
materiales y entorpecen el verdadero camino para ir a Dios, tanto, que cada vez
que el camino está tan cerrado, tan confundido, nuestro padre Dios envía su
Espíritu, el Libertador; yo soy pues la Verdad y el Camino, el Cristo”. Todos
los que estaban presentes escuchando a Jesús el carpintero, se echaron a sus
pies llorando y exclamando, –”Maestro” tú eres el enviado de Dios, tú eres el
Mesías–. Y Jesús de Nazareth, tomando el brazo de los que estaban mas cerca de
él en el suelo, les decía: “Levantaos y
adorad sólo a Dios”. Ya había oscurecido y la gente poco a poco fue dejando
la casa, en el cielo brillaban las estrellas; Juan recordaba siempre todas
estas cosas.
“Jesús de Nazareth, aprendiz de carpintero y de profeta”
Jesús de
Nazareth era un muchacho, un niño travieso, muchas veces se escapaba de su casa
y sus padres lo encontraban en algún pequeño monte cercano a Jerusalem, a veces
en la sinagoga de su pueblo y una vez, después de varios días que faltaba de
casa, lo encontraron en el mismo templo de Jerusalem; Jesús con otros chicos de
su edad estaba sentado en el suelo escuchando las lecciones de la Torá, o sea,
la escritura sobre las cosas de Dios y se podían hacer preguntas; Jesús
preguntó a los doctores de la Ley, o sea a los rabinos lo siguiente: “¿Quienes son los que conocen mas a Dios,
los rabinos o los profetas?”; un rabino se enfadó tanto con la pregunta de
Jesús que se levantó de su asiento y con rabia levantó su brazo para pegarle,
pero otro rabino se lo impidió y de forma más suave intentó contestar a Jesús y
le dijo: –los profetas están siempre escuchando la voz de Dios, ven y hablan con
sus ángeles, pero nosotros los rabinos, somos los maestros en el templo para
enseñar las cosas de Dios–; y Jesús, de forma muy natural e infantil, mientras
se metía su dedo en la nariz dijo: “Entonces,
¿porqué no hacéis lo mismo vosotros que los profetas buscando a Dios sin
estudios de la Torá?”; aquí sí que se levantaron todos los rabinos y
echaron afuera a los chicos y amenazando a Jesús diciéndole –lo diremos a tus
padres–.
Pero los
chicos le dijeron a Jesús, –ven, cuéntanos cosas–; y sentados todos en el
suelo, los chicos miraban atentamente a Jesús que empezó de ésta manera: “Nuestro Padre Dios es bueno y sabio, tanto
que para enseñarnos no necesita de intermediarios; todos tenemos que ser
profetas si queremos saber las cosas de Dios”; y un chico de los presentes,
que tendría unos ocho años de edad le dijo, –¿si yo pido al Padre Dios si mi palomo vivirá mucho, me
lo dirá?–, “claro que sí, –contestó
Jesús– Él lo sabe todo”; y otro chico
dijo: –y tú Jesús, ¿ya sabes que serás de mayor?–, “Claro que sí, yo seguiré siendo un chico como ahora, pero mayor”.
Entonces es cuando una vez mas los padres de Jesús buscándolo lo encontraron,
como siempre, y la reprimenda de sus padres no fue muy severa por lo sucedido
con los rabinos, sino porque el pobre de José tenía trabajo atrasado y Jesús le
hacía mucha falta en casa; y María, su madre, se limitó a componer un poco el
pelo de Jesús y retirándole las manos sucias de la cara, al mismo tiempo que le
decía: –tu padre te necesita y tú te escapas de casa muchas veces–, a lo que
Jesús contestó: “¿Es que aún no sabéis
porqué hago estas cosas?”. Jesús el chico, el hombre joven, ya sabía su
misión en la tierra, el Cristo Universal ya se manifestaba en Jesús, pero sus
padres, seres humanos como Jesús, eran espíritus más atrasados que su propio
hijo, por esto no lo entendían y mucho menos los rabinos o los sacerdotes de
todos los tiempos que siempre se basan en la letra muerta y no procuran tener
contacto directo con el Cristo Universal.
“La gran lección de Cristo”
Un sábado por
la mañana, ya bien salido el sol, nos encontrábamos en Jerusalem, que estaba
lleno de gente que se disponía a celebrar, como cada semana, el Shabat, Sábado
o día de descanso en el Templo. Jesús de Nazareth se paseaba por la plaza
frente al templo con algunos de sus discípulos y otras personas que se
acercaban al “Maestro”; de pronto Jesús se paró y mirando a la gente que le
rodeaba, (había fariseos, escribas, levitas, nazareos, esénios, etc.),
sonriendo cariñosamente empezó de esta manera:
“Nuestro Padre Dios, bendito sea, me ha enviado a
vosotros israelitas y a todos los seres humanos de la Tierra, para daros la
Buena Nueva, el evangelio de Cristo o Espíritu de Dios a los pobres como ya en
otras ocasiones os he dicho, pero el evangelio es también para los ricos; –aquí
se produjo un gran murmullo de aprobación de la gente– pero –dijo Jesús– entended bien
esto, la lección es para ricos y pobres, unos y otros debéis apartar de vuestra
mente el egoísmo, ambición, envidia, etc., y vuestro espíritu tiene que estar
lleno de paz, amor, bondad, y sobre todo estar en armonía con Dios”.
Entonces uno de los presentes le dijo: –“Maestro”, yo tengo tierras, ovejas,
dinero, etc., no veo porqué tengo que renunciar a estas cosas materiales–; y
Jesús mirándole con cariño le dijo: “Os
he dicho en otras ocasiones que no se puede servir a Dios y al dinero, debéis
trabajar todos, nadie tiene derecho a enriquecerse con el trabajo de los demás,
el que puede tiene que trabajar, salvo los niños, los enfermos, los ancianos,
etc.; Dios dice no robarás, y yo os digo que nadie puede hacerse rico si es
honrado, ama la justicia y tiene a Dios en su corazón. Y para terminar la
lección de hoy debo añadir que nuestro pueblo está dividido en ricos y pobres,
y en religiosos del templo, y en comunidades religiosas apartadas del pueblo
como los nazareos, los esénios, etc., nuestro Padre Dios no quiere esta forma
de vivir y de adoración; aprended de mi, –dijo Jesús– yo trabajo de carpintero,
estoy en unión con Dios y predico las verdades del evangelio públicamente como
lo hago ahora; amigos no os engañéis a vosotros mismos; aferrarse fuertemente a
una religión o refugiarse en una comunidad apartada de la otra gente, todo esto
es puro egoísmo y mientras tengáis egoísmo materialista o religioso, podréis
tener muchas cosas materiales, conocimientos humanos, etc., pero no tendréis a
Dios. Ya os he dicho en otras ocasiones que si queréis ser luz tenéis que
alumbrar y una luz estropeada o escondida no alumbra; levitas, sacerdotes,
fariseos, saduceos, esénios, etc., aprended de mi, aprended la lección; para
vivir la vida, respirar el aire que Dios nos da, no tenemos la necesidad de
acudir a ningún sitio determinado, de la misma manera Dios da la vida al
espíritu de forma directa si estamos en armonía con Él”.
Jesús de
Nazareth dio por terminada la lección y empezó a alejarse de la multitud,
mientras que la gente hacía comentarios; –pero ¿quién es este?–, dijo uno, al
parecer era un esenio, por su modo sencillo de vestir; y un joven muy contento
y dando saltos de alegría, se iba corriendo tras Jesús de Nazareth y gritando
fuerte decía: “¿aún no lo conocéis?, ¡es
Cristo, es Cristo!”. Aquel joven se llamaba Juan.
“Así era Jesús de Nazareth”
Hace dos mil
años en Nazareth, un pequeño pueblo de Israel, nació un niño que se le puso por
nombre Jesús. Era el primer hijo de una familia obrera; su padre trabajaba de
carpintero, se llamaba José y su esposa María, tuvieron más hijos, total siete.
Jesús era un chico muy avanzado por la edad que tenía, pero esto era por ser un
espíritu superior, muy evolucionado, tanto, que sus padres y hermanos no
comprendían su modo de actuar y decir las cosas. Jesús llevaba en sí mismo al
Cristo o Espíritu de Dios. Jesús de Nazareth nació, vivió y murió como los
demás seres humanos; era bastante moreno, mas bien bajito y delgado; lo mataron
por ser un gran estorbo al poder político y religioso de su tiempo; nada de
nacer de una mujer virgen ni resucitar su cuerpo físico después de muerto, ya
que fue depositado en una tumba prestada a sus padres, después fue cambiado de
lugar, cosa que pocos sabían y que fue motivo de la leyenda de la resurrección
del cuerpo de Jesús, no entendiendo lo que tantas veces decía Jesús mismo, “La carne nada aprovecha, lo que os digo es
Verdad y Espíritu”. Además un día se encontrará el cuerpo de Jesús, el
esqueleto, habrá polémica si era o no era el cuerpo de Jesús, pero esto
aclarará más las cosas.
Jesús de
Nazareth era el hombre espíritu evolucionado que vivía y actuaba en y con
Cristo y aquí tenemos aclarado el sentido que tiene la palabra “evangelio” ó
“buena nueva”, buscar a Cristo en uno mismo; ya el apóstol Pablo dijo: –ya no
vivo yo, sino Cristo vive en mi–; dijo Jesús “aprended de mi”, y Jesús no se fue a ningún sitio o lugar
determinado para encontrar a Cristo, ya que sabía que el Cristo está en cada
ser humano, es el espíritu de cada uno que tiene que encontrarse con Cristo,
con el Espíritu del Padre Dios, por esto el mismo Jesús decía al Padre: “Te ruego que éstos que me siguen sean como
nosotros, una cosa, como Tú y yo somos una cosa”; y el apóstol Pablo dice,
–somos un cuerpo en Cristo–.
Jesús, el
hombre, era el vehículo o portador del espíritu evolucionado con las
reencarnaciones, pero llevando siempre como guía al Cristo Universal, dándonos
claramente a entender que todos los seres humanos de éste y de todos los mundos
del Infinito Universo podemos y debemos buscar a Cristo en nosotros mismos, ya
que esta es la finalidad del espíritu como hijos de Dios, y los somos todos,
somos dioses en potencia. Bien claro lo entendieron los que estaban cerca del
“Maestro”, por esto la historia hoy se repite y después de casi dos mil años
otros obreros, los pobres del mundo, tratamos de ve-vivir aquellos sublimes
momentos con hechos, y no con leyendas, mitos, etc., que de nada han servido;
ahora nosotros, los verdaderos apóstoles de Cristo, obreros, pobres del mundo,
hemos restaurado la verdadera Iglesia del obrero Jesús de Nazareth siguiendo
sus sabias enseñanzas sin necesidad de aprender de la religión de los ricos;
“la iglesia verdadera en cada casa obrera”. ¡Aleluya! ánimos y adelante.
“El joven Apóstol”
Era una mañana
en Jerusalem, la gente se apretaba en las estrechas calles donde vendían
mercadería y se cambiaban artículos y las mujeres compraban la comida haciendo
tertulia en los portales. A uno de tantos grupos de personas que compraban
apiñándose alrededor de un puesto de venta, y formando como siempre escándalo,
se acercó un niño con un pan bajo el brazo y se quedó distraído observando el
escandaloso ruido que hacían aquellas gentes. En ese momento otro niño de entre
la gente se acercó al niño distraído y le agarró el pan echando a correr a toda
prisa; al verse sin el pan el niño empezó a perseguir al ladronzuelo que
tropezando con la piedras de la calle quedó a los pies del “Maestro” cayéndole
el pan de debajo del brazo y rodando por la calle; el niño recogiendo el pan
empezó a dar voces de ¡ladrón, me has robado!, ¡no eres más que un ladrón!.
El “Maestro”
Jesús al ver esto agarró por un brazo al muchacho mientras que el chico
repetía: –¡no me pegues Señor, no me hagas daño!–. Entonces el “Maestro” le
dijo: “No te preocupes, no te haré nada,
¿sabes quién soy yo?”, y el niño asustado respondió:–Sí; tú eres el que
predica a la gente y que dice tantas cosas bonitas, tú eres Jesús el
carpintero, pero no me hagas daño–. Entonces Jesús le preguntó: “¿Porqué has robado el pan a aquel
muchacho?”; –es que hace ya unos días que no como pan y mi madre tampoco y
tengo hambre– dijo el niño.
Entonces Jesús
cogió al chico y entró en una posada sentándose los dos en una mesa; habían
algunos apóstoles que viniendo de trabajar habían visto el hecho y observaban
al “Maestro” y al niño hambriento. Jesús pidió un plato de sopa y pan para el
niño y éste empezó a comer, primero poco a poco, pero luego iba más aprisa,
casi atragantándose. Jesús le decía: “No
tengas prisa por comer, come poco a poco y tranquilo”; el niño acabó la
sopa mojando el pan y repelando el plato. Pero quedó un trozo de pan y el
pequeño dijo al “Maestro”, –¿me lo puedo llevar para mi madre?– Jesús,
diciéndole que sí le acompañó pues al portal y le dijo: “Vete y no robes más, si tienes hambre y no tienes nada que comer ven a
nosotros, a mis amigos o a mi y nos lo haces saber y te daremos lo que
tengamos, pero no robes más”.
El niño, lleno
y contento se marchaba pensativo y cuando estaba unos metros alejado se vuelve
hacia el “Maestro” y le dice: –Rabí, ¿podría ser yo un apóstol tuyo e ir donde
vosotros vais–; Entonces el “Maestro”, sabiendo que lo que el niño quería era
comida le dijo: “Porqué dices esto, por
la comida o porque te gustaría estar con nosotros?”; –No “Maestro” -dijo el
niño- por la comida no, sino por escucharte–; El “Maestro” le repitió: “¿De verdad?”; –“Maestro”, te lo juro,
que no es por la comida, es por seguirte– le aseguró el niño; “No me lo jures, te creo. –dijo el
“Maestro”– Bueno, serás un apóstol mío,
pero para ganarte el pan que comas tendrás que pedirlo y si no te lo dan haz
algún trabajito aquí o allá y así podrás comprar el pan, pero no robes nunca
nada; y si no te dan trabajo te vienes a alguno de los amigos que me siguen y
alguno tendrá algo que darte para ganarte ese pan que te comas”. El niño al
escuchar la propuesta del “Maestro” agachó la cabeza y dio la espalda a éste
casi con lágrimas en los ojos, cuando de repente dio de nuevo media vuelta y se
agarró fuertemente a las piernas del ”Maestro” llorando y besándole la mano.
Este niño fue conocido como Juan, el joven apóstol que todavía hoy sigue
sentándose a los pies del “Maestro” escuchando atento sus sencillas enseñanzas.
“Jesús, un niño como los demás”
Era un
viernes, llegada ya la tarde y entre las calles de Nazareth habían jugando unos
niños, en unos montículos de tierra en el que se encontraba Jesuah (Jesús),
entre todos el mas alto aunque igual de travieso y juguetón.
Uno de los
niños, subido a unos de los montículos y jugando tiró una piedra que hirió en
un pié a otro niño mas pequeño que se encontraba abajo del montículo el cual
empezó a llorar ya que le había hecho daño; el niño desde arriba continuaba
tirando piedras sin darse cuenta de lo que había hecho, cuando Jesuah, que lo
había visto todo se plantó delante de el y al ser mas alto le asustó
diciéndole: “¡No le tires más piedras, no
ves que le has hecho daño!”. El otro niño no sabía que responder y agachaba
la cabeza avergonzado y atemorizado por Jesuah que con toda naturalidad le
volvió a decir: “Sabéis qué, para olvidar
esto vamos a ver si encontramos algo de comer, un poco de fruta o lo que sea”.
Entonces todos fueron al campo y subiéndose a los árboles con mucha alegría y
gritos de entusiasmo empezaron de nuevo a jugar y a comer. Ya era casi de noche
cuando las madres salían a buscar a sus niños mientras que los maridos con la
kipá puesta se disponían a hacer sus oraciones, como de costumbre. Los niños
volvían uno a uno a sus casas, también Jesuah, que recibía algún que otro
cachete por venir sucio y con las ropas enganchadas de los árboles.
“La puerta de Jesús”
Un día mandó
José a su hijo Jesús a realizar un encargo que consistía en poner una puerta en
una casa, cobrar el trabajo realizado y volver de nuevo a casa a continuar
ayudando a su padre. Así pues Jesús se puso en marcha llevando la puerta a la
casa en la que tenía que hacer el trabajo; llegó a la dirección que le había
dado su padre José y tocó, abriéndole el dueño de la misma que enseguida le
empezó a explicar como debía colocarla. Empezó pues Jesús a mirar de colocarla
y no podía de ninguna manera encajarla; el hombre se dio cuenta que Jesús no
sabía como hacerlo y empezó a reprenderle, pero como no conseguía nada con ello
y la puerta seguía sin encajar en su sitio, hizo llamar a José para ver como se
solucionaba el problema. Cuando éste llegó a la casa el dueño le dijo: –¿Porqué
me mandas a tu hijo, si este no sabe hacer nada de esto, ni siquiera colocar la
puerta en su sitio?.
José
avergonzado e indignado con Jesús le reñía mientras que entre los dos colocaban
la puerta en su lugar y una vez terminado el trabajo y disculpándose volvieron
al pequeño taller.
“La tentación de Jesús”
Una noche,
estando Jesús durmiendo profundamente, como un tronco, después de un largo y
agotador día de trabajo en la carpintería que estaba en la propia casa, de
repente se escucharon unos golpes en la puerta que se repetían continuamente.
Su padre José se levantó y fue a abrir la puerta y al hacerlo se encontró que
quienes tocaban era el rabinato de Israel que ordenaban a Jesús que les
acompañara a ver al sumo pontífice judío. José sorprendido fue a despertar a
Jesús y le dijo lo que pasaba. Jesús pues se levantó y después de calmar a su
familia se fue con el rabinato a la casa del sumo sacerdote acompañado de los
principales rabinos de Israel. Al llegar, Jesús quedó a solas con el pontífice
y este sin decirle nada empezó a ofrecerle dinero, buenos puestos en los que
ordenar y dirigir, poder, riquezas, etc., a cambio de que dejara de hablar a
las gentes de Israel de la manera que lo hacía, pues les estaba perjudicando a
ellos en gran manera. Pero Jesús, mirándolo con gran tristeza y pena le dijo: “No te das cuenta de lo que haces; te has
parado a pensar en el ridículo que estas haciendo; acaso crees de verdad que
las cosas que digo, las cosas de mi Padre Dios se pueden comprar o vender. Anda
pues y apártate de mi Satanás, me eres escándalo”.
“Las habas de Pedro”
Un día estaban
los apóstoles hablando de Cristo con Jesús, y éste les decía que en el mundo
hay un algo que es mas poderoso para la gente que Cristo, que Dios y Pedro
sorprendido le respondió: –Pero ”Maestro”, ¿qué puede haber mas poderoso e
importante en el mundo que tú?–. Y el “Maestro” con una sonrisa en los labios
le respondió: “Sí Pedro, hay algo mas
fuerte y poderoso que yo”. Pedro de nuevo le dijo, –¿Y qué es ese algo más
fuerte que tú “Maestro”?–, “El egoísmo, –respondió
Jesús– y si quieres verlo Pedro, coge un
saquito de habas y sígueme y verás el porqué lo digo. En el portal que yo te
diga vas y pones un haba, eso querrá decir que en esa casa hay egoísmo”.
Pedro cogió el saquito de habas y siguió al “Maestro” haciendo lo que le decía.
¡“Pedro, pon un haba en este portal.”!. Continuó
andando: “¡Pedro, pon otra haba en este
otro portal!”. Siguió caminando y diciendo: “¡Pedro, otra aquí, en este otro portal!”, hasta que se acercó a un portal y le dijo a Pedro:
“¡Pedro, pon un haba en este portal”;! –Pero “Maestro”, si esta es mi casa
-dijo Pedro orgulloso–; “Entonces pon
dos”, respondió Jesús dándole a entender lo que había querido decir en su
principio con el egoísmo.
“Los dientes del perro muerto”
Era un sábado
por la mañana e iba Jesús por un camino con algunos de sus discípulos que
discutían sobre el Cristo y sus enseñanzas cuando de repente tropezaron con un
perro muerto delante de ellos, tirado al lado del camino y en adelantado estado
de descomposición. Al ver al perro en medio del camino y desprendiendo un
fuerte olor a podrido empezaron los discípulos a hacer comentarios sobre el
animal: –¡que asco¡, decía uno; ¡que olor mas fuerte y apestoso!, decía otro;
¡que olor a podrido y lleno de gusanos! comentaba otro, y así se sucedían
múltiples comentarios sobre aquel animal, comentarios de desprecio y rechazo.
Cuando hubieron acabado de expresar sus comentarios sobre el perro muerto
Jesús, que observó y escuchó toda aquella forma expresiva de sus discípulos, se
acercó al animal muerto y empezó a mirar su cabeza y lanzó al aire una pregunta
dirigida a sus amigos diciéndoles: “¿Os
habéis fijado que dientes más bonitos tenía este perro?”
EL DIOS DE LOS ATEOS
Decir Dios de los ateos, parece
una contradicción ya que los ateos no creen en Dios; pero me parece oportuno
tratar en poco más éste asunto. Según el diccionario, ateo quiere decir negar
la existencia de Dios; ya en la Biblia y en el llamado antiguo testamento, se
puede leer lo siguiente: "Dijo el
necio en su corazón: no hay Dios". Salmos 53-1. Pero en otro Salmo se
puede leer, "Los cielos cuentan la
gloria de Dios". Salmos 19.1. ¿Será pues que los ateos niegan a los
dioses muertos de las religiones?, porque si acudimos otra vez a la Biblia,
podemos leer que, quien estará con Dios es, "El
limpio de manos y puro de corazón". Salmos 24-3 y 4. Y en el llamado
nuevo testamento, se puede leer que, "Dios
as amor; y el que vive en amor vive en Dios, y Dios en él". 1a Juan
4-16. ¿Qué pasa pues si un ateo que niega a Dios, ama la justicia, la paz, hace
el bien que puede, en una palabra, ama al prójimo?, la contestación es muy
sencilla, el ateo no cree en Dios, pero le obedece, hace lo que Dios quiere que
se haga en nuestra vida, ''Ama a Dios
sobre todas las cosas, y al prójimo como a ti mismo", se dice también
en la Biblia, pero si el ateo no cree en Dios, no le ama, pero si que le
obedece, entonces está más cerca de Dios, del que dice creer en Dios y no le
obedece; porque negar lo que se ve, como es el Infinito Universo, nadie lo
hace, ahora bien, el Universo, la vida misma, el ser humano, etc. alguien o
algo ha hecho posible su existencia, no es pues ninguna tontería llamar a este
alguien o algo, Dios. Claro está que todas las religiones han contribuido
siempre en el aumento del ateísmo, para presentar a un dios desfigurado,
caprichoso, cruel, un dios guerrero, etc., pero la verdadera religión de Dios,
el verdadero cristianismo, presenta siempre un Dios Universal, de amor, de paz,
de justicia, etc., pero sin sacerdotes a sueldo, y el verdadero ateo no rechaza
la paz, la justicia, la bondad, etc., pero si que rechaza a los seres humanos
que negocian con las cosas de Dios; y debemos comprender que un ateo es un ser
humano que piensa, que tiene sus ideas en éstas cosas, y no tiene nada que ver
con otras personas que lo niegan todo, no creen en nada, y en ocasiones es todo
lo contrario, creen cualquier cosa, van de una idea a otra, están confundidos,
y no tienen ideas propias. El Dios pues de los ateos es el Dios de los
verdaderos cristianos, los ateos niegan la existencia de Dios, pero no pueden
negar la Creación, la vida misma, la justicia, paz, amor, etc., y los
verdaderos cristianos de Cristo están de acuerdo con los ateos, solamente hay
dos ideas entre unos y otros, Dios es el Creador, dicen los cristianos; el
Universo se ha creado a si mismo, dicen los ateos, esto es todo. Y nosotros, la
iglesia pobre, creemos que los verdaderos ateos están más cerca de Dios, que
muchos creyentes que profesan religiones diferentes, pero que con su conductas
negativas, niegan más a Dios que los ateos.
LA PARÁBOLA SOBRE EL RICO Y EL POBRE
En una de estas tardes de
primavera, cuando ya se va acercando el verano, Jesús de Nazareth se encontraba
reunido con varios de sus discípulos y amigos en casa de Juan, una casita en
una pequeña calle de Nazareth; el "Maestro" empezó de este manera. "Una vez un hombre muy rico se paseaba
cerca del mar de Galilea, estaba tan distraído pensando en las cosas que
formaban su riqueza. tierras, oro, ganado, etc., que de pronto resbaló y cayó
al mar, pero no sabía nadar, y así como podía pedía socorro; de pronto salió
como por milagro un hombre que se lanzó al mar y salvó de una muerte segura al
rico; aquel hombre que lo había salvado era completamente pobre, y el rico muy agradecido
le dijo: —Yo soy rico, pídeme lo que sea, tú me has salvado la vida y yo debo
recompensarte—, pero el hombre pobre le dijo, —¿acaso tú no habrías hecho lo
mismo conmigo?— a lo que el rico contesto diciendo: —claro que si—; pues, dijo
el hombre pobre, —entonces estamos en paz, no me debes nada—. Hasta aquí la
parábola, –dijo Jesús de Nazareth–,
ahora a vosotros toca aprender la lección; el rico quería recompensar al pobre
con dinero, con cosas materiales, pero el pobre había expuesto su vida por salvar
la del rico, y amigos, vale más la vida de un ser humano que todo el oro del
mundo. Cuando se dan cosas materiales, como por ejemplo dar comida al
hambriento, se hace un bien, pero re simplemente una ayuda, una limosna, pero
exponer su propia vida para salvar la de otro, esto es fiel cumplimiento del
mandamiento de "amar al prójimo como a uno mismo". Y una mujer
que estaba escuchando a Jesús, le dijo: –Yo no soy muy rica pero tampoco soy
muy pobre, y deseo seguirte, ser discípula tuya, ¿qué debo hacer?, y Jesús le
contestó de este manera: "Procura
aumentar tu riqueza espiritual, no te preocupes tanto de lo material, y si tus
riquezas materiales van menguando, no te entristezcas y confía en Dios. Ya os
he dicho en otras ocasiones, que no se puede servir a Dios y al dinero; cuando
venimos a este mundo no traemos riquezas materiales, y cuando morimos no nos
llevamos nada más que nuestros actos buenos a malos, no olvidéis nunca esto, y
si de verdad queréis ser mis discípulos, mis apóstoles, no podéis seguir a los
rabinos, a los sacerdotes de Israel, ya que ellos están unidos a las riquezas
materiales y entorpecen el verdadero camino para ir a Dios, tanto, que cada vez
que el camino está tan cerrado, tan confundido, nuestro Padre Dios, envía su
Espíritu, el Libertador; yo soy pues la Verdad y el Camino, el Cristo”.
Todos los que estaban presentes escuchando a Jesús el carpintero, se echaron a
sus pies llorando y exclamando, "Maestro" tú eres el enviado de Dios,
tú eres el Mesías. Y Jesús de Nazareth, tomando el brazo de los que estaban mas
cerca de él en el suelo, les decía: "Levantaos
y adorad solo a Dios". Ya había oscurecido y la gente poco a poco fue
dejando la casa, en el cielo brillaban las estrellas, Juan recordaba siempre
todas estas cocas. (Mayo).
LECCIONES EN EL ASTRAL
"Maestro", hay mucha
gente que se pregunta, ¿de dónde venimos, para que estamos aquí, a donde
vamos?; a veces estas preguntas me las hacen a mi, yo se estas cosas, pero como
contestar ya es otra cosa "Maestro". Tú debes decirles lo siguiente,
venimos de donde todos y todo viene, estamos donde debemos estar, y vamos a
donde todos y todo va, resumiendo todo esto en una sola palabra, Dios. Ahora
bien, hace miles de años que los seres humanos se dividen en tres grupos, los
que creen, los que no creen y los que experimentan o viven los hechos; aceptar
o no aceptar a Dios no tiene valor, lo que si lo tiene es vivir en y con Dios,
es lo que tantas veces os he dicho, buscar el reino de Dios en uno mismo; tú me
has buscado a mi como "Maestro" y has conseguido tenerme siempre, de
esta única manera se puede estar siempre con Dios, trata de enseñar estas cosas
a los demás, diles que no hay otra manera ni otro camino, ni en este mundo ni
en los otros mundos del Infinito Universo; venimos todos y todo de Dios, somos
sus ideas puestas en acción, Dios es el único que És, y nosotros somos por Él y
en Él. Resumiendo todo esto en simples teorías o creencias a producido siempre
lo mismo, religiones y ateísmo, filosofías humanas que muy poco han hecho avanzar
al ser humano; enseña pues todo esto a todos los seres humanos que puedas, y
ten presente que hay en este y en otros mundos, seres que hacen lo mismo. Hasta
aquí la lección del "Maestro" en el astral. Y yo pregunto ¿porqué hay
tanta gente que no comprende que no se trata de teorías sino de práctica?. Se
estudia una carrera, por ejemplo médico, abogado, arquitecto, etc., y al final
del estudio se pone en práctica lo aprendido, ya que la teoría de un médico, un
fontanero, etc., de nada sirve sin la práctica; millones de personas aprenden
una religión, una secta, o sea, se limitan a tener creencias, dogmas, practicar
ritos, etc., pero muy pocos ponen en práctica vivir la vida en y con Dios,
dando por resultado la confusión, el egoísmo, odio, afán de poder, de dinero,
etc., quedando nuestra humanidad dividida en ricos y pobres, explotados y
explotadores, militarismo, clero, unos que viven en la abundancia y otros que
se mueren de hambre, etc. Aquí está pues aclarado todo, cuando se busca a Dios
en uno mismo, cuando se buscan las respuestas de donde venimos, etc., en
experiencias propias y no en teorías o creencias, estemos seguros que estaremos
en la Verdad y veremos las cosas claras, tal como son y no como creemos
nosotros, o como nos digan los demás que creamos; ya he dicho en otras
ocasiones que lo importante es vivir la vida sin ensuciarla, apartar de nuestra
mente todo lo negativo, y meditar, hacer oración mental, vivir lo más
sencillamente posible, y por consecuencia tendremos el verdadero "Maestro"
o Espíritu de Dios, aprendiendo de Él todas estas cosas. Ánimos pues y
adelante. (Mayo).
TERMÓMETRO O PRUEBA ESPIRITUAL
El ser humano vive físicamente y
mentalmente, pero como espíritu muchos se quedan en un estado dormido, y claro
está los resultados siempre son los mismos, acaparar cosas materiales, casas,
tierras, dinero, etc., procurar comer bien, vivir cómodamente, estudiar las
cosas que produzcan más dinero; y unos acaparan estas cosas y otros tienen que
contentarse con trabajar, y muchos viven en la esperanza de que algún día
cambie su suerte, y lleguen a tener muchas cosas, mucho dinero, pero ya sin
trabajar, y todo esto da por fatal resultado, ricos y pobres, explotados y
explotadores, y por todas partes domina el egoísmo, la ambición, la lucha por
el poder político y religioso, golpes de estado, guerras, robos, revoluciones,
etc. Ahora bien, si un ser humano se pone a pensar en si mismo, en su modo de
actuar, de vivir la vida, y se compara a un termómetro, teniendo en cuenta lo
siguiente, si come bien, buenos manjares, sabiendo que en el mundo, a lo mejor
a su alrededor hay seres humanos que se mueren de hambre, si vive en una lujosa
casa, sabiendo que los hay que viven en chabolas, o sin techo, si tiene mucho
dinero, sabiendo que los hay que no lo tienen ni para comprar pan, si nunca
trabajan y se enriquecen, sabiendo que muchos viven trabajando toda su vida, y
que mueren lentamente, esto pero si no sufren ningún accidente mortal, repito,
si estos seres humanos se creen felices, sabios, listos, etc., y no
experimentan nada más que una ligera compasión para los demás, y esto solo por
educación, pueden estar seguros que el termómetro les marca cero, espíritu
atrasado, pequeño, no evolucionado, es simplemente un niño espiritual, un niño
que lo quiere todo en nuestro mundo, y es capaz de todo para obtenerlo. Y aquí
vemos claramente al ser humano con mucha cultura, mucha religión, pero todo
esto sin Dios. Y no olvidemos nunca que Dios se va manifestando más y más al
espíritu que procura avanzar para encontrarlo, que va creciendo, que procura
vivir la vida que Dios le ha dado, sin ensuciarla; en una palabra, este ser
humano empieza a ser de verdad esto, un ser humano, y se puede ver ya
claramente que este hecho a imagen y semejanza de su Creador que llamamos Dios.
Y por consecuencia éste ser humano físico y mental, está plenamente dirigido y
controlado por el espíritu, ya guiado por el Cristo Universal, o sea, el
Espíritu de Dios. Y esto se consigue de forma muy sencilla, la oración, pero no
la oración de palabras, sino de mente guiada por el espíritu, pidiendo al
Padre, al Dios Universal, fuerza, luz y amor, no hay otro camino, al Cristo o
Espíritu de Dios el único que puede guiar al espíritu en el ser humano. La
iglesia pobre pues, los obreros apóstoles de Cristo, hacemos un llamamiento a
los demás obreros, los pobres del mundo, que busquen a Cristo en si mismos, que
se aparten de las religiones de los ricos, y traten de tener la iglesia en su
casa, y a Cristo en su corazón; y a los ricos ya lo saben, Jesús de Nazareth
dijo claramente que no se puede servir a Dios y al dinero, mientras el egoísmo
esté dominando su mente, el espíritu está inactivo. Ánimos pues seres humanos
de la Tierra, tratad de comprobar con el termómetro espiritual, vuestro
verdadero estado actual en esta vida, vuestra vida en este mundo. (Junio).
LA VERDADERA IGLESIA CRISTIANA ES POBRE
"Él levanta del polvo al pobre, y al menesteroso ensalza del
estiércol, para asentarlo con los príncipes; y hace que tengan por heredad
asiento de honra". 1a Samuel 2-8. "No temas cuando se enriquece alguno,
cuando aumenta la gloria de su casa; porque en muriendo no llevará nada, ni
descenderá tras de él su gloria". Salmo 49-16. "Mejor es la comida de legumbres donde hay amor, que de buey
engordado donde hay odio". Proverbios 15-17. "Mejor es el pobre que camina con su sencillez, que el de
perversos labios y fatuo". Proverbios 19-1. "No trabajes por ser rico; pon coto a tu prudencia". Proverbios
23-4. "Mejor es el pobre que camina
en su integridad, que el de perversos caminos, y rico". Proverbios
28-6. "¡Que el hombre trabaje con
sabiduría y con ciencia, y con rectitud, y que haya de dar su hacienda a hombre
que nunca trabajo en ello! también esto es vanidad y mal grande". Eclesiastés
2-21. "Además el provecho de la
tierra es para todos; el que ama el dinero no se hartará de dinero". Eclesiastés
5-9 y 10. "El avaro habla en juicio
contra el pobre". Isaías 32-7. "Y
edificarán casas, plantarán villas, etc., no trabajarán en vano". Isaías
65-21 al 23. "Oid esto, los que
tragáis a los menesterosos y arruináis los pobres de la tierra". Amós
8-4 al 27. "Y dejaré en medio de ti
un pueblo humilde y pobre, los cuales esperarán en el nombre de Dios".
Sofonías 3-12. "Danos hoy nuestro
pan cotidiano". Mateo 6-11. Jesús da gracias a Dios por "esconder estas cosas a los sabios y
darlas a los pequeños". Mateo 11-25. "Jesús era el hijo del carpintero". Mateo 13-54 al 56. "Es más fácil pasar un camello por el
ojo de una aguja, que entrar un rico en el reino de Dios". (Por lo
tanto es imposible). Mateo 19-24. "A
los pobres es anunciado el evangelio". Lucas 7-22. "La vida del hombre no consiste en las
riquezas". Lucas 12-15 al 21. "Un
mandamiento nuevo os doy, que os améis unos a otros". Juan 13-34 y 35.
"Jesús da la verdadera paz".
Juan 14-27. "Y Pedro dijo: ni tengo
plata ni oro, etc., pero curó, al paralítico". Hechos 3-1 al 6. "Entonces viendo la constancia de Pedro
y de Juan, sabido que eran hombres sin letras e ignorantes, se maravillaban y
les conocían que habían estado con Jesús". Hechos 4-13. "El oficio de Pablo era hacer tiendas
de campaña". Hechos 18-1 al 4. "El
que no tiene el Espíritu de Cristo, el tal no es de Él". Romanos 8-9. "Mirad que nadie os engañe con
filosofías y vanas sutilezas". Colosenses 2-8. "Ya oh ricos, llorad por vuestras miserias que os vendrán, vuestro
oro está corrompido, engañáis a los obreros, atesoráis para vosotros
etc.". Santiago 5-1 al 6. "Dios
es amor, y el que vive en amor vive en Dios y Dios en él". lª Juan
4-16. "El que venciere será vestido
de vestiduras blancas; dice Cristo". Apocalipsis 3-5. Resumiendo,
nosotros los obreros, los pobres del mundo, somos los verdaderos apóstoles de
Cristo, si tratamos de seguirle de verdad; sobran pues todas las religiones
organizadas de los ricos; además, estos son algunos de los muchos versículos de
la Biblia que se defiende a los pobres, ¿donde están los versículos de la
Biblia que se defienda a los ricos?. Adelante pues y ánimos obreros pobres del
mundo, el verdadero y único cristianismo en el mundo es nuestro, es pobre, lo
dice Dios mismo, y la vida misma. "BIENAVENTURADOS
VOSOTROS LOS POBRES; PORQUE VUESTRO ES EL REINO DE DIOS". Lucas 6-20. "NO PODÉIS SERVIR A DIOS Y AL
DINERO". Mateo 6-24. (Junio).
MENSAJE A LOS SACERDOTES DEL MUNDO
Me llamo Cayetano Martí, soy
mallorquín, soy obrero yesero ya jubilado, empecé a trabajar a la edad de nueve
años, fui muy poco a la escuela, no tengo estudios, pero he dedicado toda mi
vida a las cosas de Dios, trato de ser siempre discípulo y apóstol de Cristo.
Este mensaje es para todos los sacerdotes de las religiones del mundo, en
particular los que se fundan en la Biblia, judíos, católicos, protestantes,
etc., a todos salud y paz. Ha llegado ya el momento de que hagáis un cambio
total en el modo de predicar las cosas de Dios; hace dos mil años que Cristo
por boca del obrero carpintero Jesús de Nazareth, ya predicaba a los sacerdotes
de Israel el camino sencillo de la verdadera religión de Dios, y no quisieron
escucharle, pero los obreros de Cristo formaron el verdadero cristianismo, que
fue vencido muchos años después, por el catolicismo organizado y por el
protestantismo; hoy el clero judío aún espera al "Mesías", dirigiendo
una religión muerta, y el llamado cristianismo católico y protestante, que
dicen que ya lo tienen, han hecho otra religión muerta, espiritualmente, y solo
les queda poder y dinero a ambos dirigentes. Pero ya ha llegado el momento de
que tengáis presente que la verdadera religión de Dios ya está en marcha, la
iglesia pobre, las sencillas enseñanzas de Jesús de Nazareth, el Cristo, el
evangelio; amigos sacerdotes de todas las religiones, si queréis predicar las
cosas de Dios, no olvidéis nunca lo que dice Cristo: "No podéis servir a Dios y al dinero", si queréis que el
evangelio de Cristo sea también para vosotros, debéis hacer lo mismo que
nosotros obreros, en Mallorca ya hemos empezado a vivir y predicar el evangelio
de Cristo sin organizar nada. "La iglesia verdadera en cada casa
obrera", si queréis ser verdaderos discípulos de Cristo, debéis trabajar
como lo hacían los primeros apóstoles y como lo hacemos nosotros, predicamos
sin más "Maestro" que Cristo mismo, o Espíritu de Dios. Papas,
cardenales, obispos, sacerdotes, rabinos, pastores, etc., buscad a Cristo en
vuestro corazón y sin estudios humanos lo tendréis, y con propiedad podréis
predicar su evangelio, tratad de vivir en y con Dios, y decid a vuestros
seguidores que hagan lo mismo, sobre todo los ricos, cuando tengan a Cristo en
su corazón, no habrá paro, huelgas, explotación, guerras, etc., ya que las
riquezas materiales serán para beneficio de todos, por ser de verdad cristianos
de Cristo, mientras que ahora solo tienen creencias o dogmas en las religiones
muertas. Cristo o Dios Universal es el Único Camino, el que puede darnos la
verdadera Paz y Justicia en nuestro mundo, a toda la humanidad; escuchad pues
sacerdotes del mundo, la voz eterna de Cristo, que siempre llama a la
humanidad, por boca de profetas, apóstoles, etc., ayer era Pedro, Pablo, Juan,
hoy somos nosotros, desde la Isla de Mallorca. (Junio).
IGLESIA DE CRISTO POBRE DE MALLORCA
Amigos, salud y paz. La Iglesia de
Cristo pobre no es una secta más, es simplemente el retorno al cristianismo
sencillo de los primeros cristianos, que vivieron plenamente las enseñanzas de
Cristo en la persona de Jesús de Nazareth, el obrero carpintero de Israel. Hoy,
después de casi dos mil años nosotros, varios obreros en Mallorca, hemos hecho
posible la restauración del cristianismo, yo mismo, como obrero yesero ya
jubilado, después de muchos años de predicación del evangelio y escribir
mensajes dictados por el "Maestro", un jueves memorable de 9 de Julio
del año 1987, reuní en casa de nuestro amigo Casto Cantos a unos cuantos amigos
para así de forma sencilla, restaurar la iglesia pobre; obreros, apóstoles de
Cristo, sin templos, sin locales, sin sacerdotes, pastores, etc., a sueldo, de
esta forma hemos vuelto al cristianismo primitivo, cosa que no han conseguido
las dos formas del llamado cristianismo de los ricos, el catolicismo y el
protestantismo. Ya el "Maestro" dijo bien claro, que "no se puede servir a Dios y al
dinero", nosotros pues, fundándonos sobre unas palabras clave en el
cristianismo, hemos restaurado la Iglesia de Cristo, "Bienaventurados vosotros, los pobres, porque vuestro es el reino
de Dios". Lucas 6-29. Claro está si tratamos de seguir de verdad al
Único "Maestro", el Cristo Universal, el Espíritu de Dios que está en
cada ser humano. Ya Cristo mismo nos dice que busquemos el reino de Dios, y las
demás cosas nos serán añadidas, las demás cosas espirituales claro está,
también tendremos las cosas materiales indispensables pare vivir. El
cristianismo es acción, firmeza, alegría, Paz, amor, justicia, etc., pero
también es vida espiritual o verdadero misticismo; y al cristianismo de verdad
no le asustan ni le son extraños, los contactos con Cristo, que para los seres
humanos, no seguidores del "Maestro" son llamados fenómenos ocultos,
no naturales, pero que para todo seguidor de Cristo son tan normales coma la
vida misma. Los llamados extraterrestres, ángeles, el astral, los cielos, el
espíritu, hijos de Dios, vida eterna, o sea, reencarnación, etc., no son
teorías leídas en un libro, o discutidas en reuniones de sectas, grupos, etc.,
son experiencias propias. No confundamos pues las cosas, ya es hora de hablar
claro, no se trata de cultura, de cosa intelectual, etc., Cristo no es algo
para discutir, polemizar, escribir libros sobre Él, fundar religiones, sectas,
sociedades, etc., Cristo o Espíritu de Dios, es VIDA, y la vida no se discute,
sino que se vive y en paz. "La iglesia verdadera en cada casa obrera y
Cristo en el corazón". Cristo dijo, "vosotros sois la luz del
mundo", entendamos bien esto, VOSOTROS, pero no vuestro saber humano, no
la teología, metafísica, filosofía, etc., Cristo se refiere a nuestros actos, a
nuestra propia vida; dijo el "Maestro", "Por sus frutos los
conoceréis, claro está, no por su sabiduría humana, que de nada sirve sin
Cristo, ya que Él es el verdadero "Maestro", Luz Guía en éste mundo y
en todos los mundos del Infinito Universo, la gran Casa de Dios. (Agosto).
LOS PROFETAS Y APÓSTOLES DE DIOS
Desde el principio de la humanidad
en nuestro mundo, siempre han habido profetas y apóstoles de Dios, siempre
obreros, los pobres del mundo. En la Biblia misma ya se nos dice que Dios dijo
al hombre: "Con el sudor de tu
frente comerás el pan", Génesis 3-19. Aquí ya tenemos una declaración
escrita de algo que no puede ser de otra forma, sin trabajo no hay pan, y claro
está que los primeros seres humanos en nuestro mundo, para poder comer tenían
que trabajar, y estos obreros, pobres del mundo, empezaron a observar las cosas
que estaban a su alcance, las plantas, los animales, el Sol, la Luna, las
estrellas, la lluvia, truenos, etc., y seguramente al principio tuvieron miedo,
pero andando el tiempo el miedo se convirtió en admiración, aquí tenemos el
principio de la verdadera religión de Dios, que mucho tiempo después algunos
seres humanos la emplearon para su propio egoísmo, presentándose como los
sacerdotes de Dios, empezando de esta manera la llamada cultura de los pueblos,
y estos sacerdotes fueron acaparando ideas, y sobre todo las experiencias de
las cosas de la vida. Pero siempre apartados de la cultura de los sacerdotes o
sabios, han estado presentes los profetas, los apóstoles de Dios, que sin
ninguna clase de estudios humanos, han dado las ideas clave para la humanidad,
Paz, Amor, Justicia, Bondad, etc., estos son los obreros, los pobres del mundo,
que han buscado a Dios. Aquí tenemos la Religión, la Orden espiritual más
antigua de la Tierra. El llamado progreso humano se basa en ciencias físicas,
inventos, comodidades, etc., pero dentro de este progreso están las armas para
matar, hasta llegar a la bomba atómica, y los sacerdotes de todas las
religiones hacen la vista gorda, y son cómplices de tales aberraciones de la
llamada cultura humana, y las llamadas sectas, sociedades esotéricas,
culturales, etc., están en el mismo campo que las religiones, y todos estos
grupos humanos se dedican siempre a vender religión, cultura, sabiduría humana,
etc. Pero los verdaderos profetas y apóstoles de Dios, han sido y son siempre
la verdadera Luz del mundo; ya Jesús de Nazareth dijo bien claro: "Bienaventurados vosotros los pobres,
porque vuestro es el reino de Dios". Lucas 6-20. Y claro está que
Jesús se refiere a los pobres que desde el principio de la humanidad en nuestro
mundo, han buscado a Dios, y no en la llamada cultura humana, pero si en el
corazón; los hombres y mujeres con bondad en nuestro mundo, nos demuestran
claramente que la humanidad puede vivir en Paz, Justicia, Amor, etc., sin la
llamada cultura humana, mientras que la cultura humana sin el Amor de Dios en
el corazón, es simplemente destrucción, muerte. Por esto la iglesia pobre de
Mallorca, siguiendo la línea de la más antigua religión, la de Dios, hace un
llamamiento a todos los obreros del mundo, los pobres del mundo, que busquen a
Dios en su corazón, como nosotros lo hemos hecho, somos pues obreros profetas y
apóstoles de Cristo. (Septiembre).
SÓLO DIOS SABE QUIENES SON SANTOS
La iglesia de los ricos hace
santos a hombres y mujeres que, según el clero, han llevado una vida humilde,
de oración, de sacrificio, etc., o simplemente han sido mártires, perseguidos,
maltratados, asesinados, por predicar las doctrines de Cristo; así por ejemplo,
además de las otras religiones, tenemos el catolicismo que tiene muchos santos
y santas, aquí no vamos a discutirle al Vaticano, la verdad o mentira de la
llamada santidad de dichas personas, pero sí
que tenemos el derecho y el deber, como iglesia pobre, decir que hasta
ahora nadie de las religiones de los ricos, ha dicho nada sobre la vida santa
de muchos pobres en nuestro mundo. El catolicismo, por ejemplo, podrá decir que
tiene centenares o miles de santos, pero la iglesia pobre tenemos millones y
millones de santos, que a través de la historia humana han vivido una verdadera
vida de sacrificio, de oración, de sufrimiento, etc., hombres y mujeres,
obreros, pobres del mundo, pasando hambre, enfermedades, esclavitud,
explotación, siendo asesinados en las guerras de todos los tiempos, etc.
Después podemos ver en la historia humana, hombres y mujeres formando familias,
teniendo muchos hijos, pasando miseria y los padres trabajando
desesperadamente, para dar un poco de pan a sus hijos; madres obreras, pobres,
sacrificando toda su vida para sus hijos y su marido, y enfermando lentamente,
para ir a parar en el lecho de muerte del hospital o de un asilo. Sí, la
iglesia pobre en el mundo, tiene millones de santos que tienen bien merecido el
cielo, ya sabemos que la teología católica, por ejemplo, nos dirá que sus
santos lo son además de sacrificio, martirio, etc., lo son también par sus
milagros, hechos sobrenaturales, etc., pero en la iglesia pobre encontraremos
millones de hombres y mujeres, en la historia humana, que en muchos momentos de
su vida han llamado, invocando, llorando, a sus padres fallecidos, millones de
pobres en su tristeza, en su soledad, han clamado, ¡padre mío, madre mía,
ayudame!. Y seguro que se habrán realizado millones de los llamados milagros,
verdaderas conversiones, arrepentimientos, etc., que no constan en los llamados
documentos de la iglesia de los ricos, pero sí que están bien claros y seguros
a los ojos de Dios. Si, amigos, la iglesia de los ricos está en su derecho de
hacer creer en sus santos, incluso los mismos ricos tienen derecho a creer que
un rico puede ser santo, y esto no lo vamos a discutir aquí, pero Cristo dice,
que no se puede servir a Dios y al dinero; claro está que sólo Dios sabe
quienes son santos, pero una cosa es cierta, nosotros, la iglesia pobre de
Mallorca, tratamos de llamar la atención a los obreros, los pobres del mundo,
diciendo de forma clara y segura, que si Dios tiene por santos a los declarados
como tales, en la religión de los ricos, también los tiene en la gran religión
o iglesia pobre, en toda la Tierra, y estos se cuentan por millones de
millones. (Octubre).
HAY QUE DARSE DE BAJA DE LA IGLESIA
En España en que la gran mayoría
de españoles son bautizados por la iglesia católica, nos encontramos también en
que la mayoría de éstos bautizados no se sienten católicos, y muchos se
declaran ateos, y por aquello de la costumbre a rutina, muchos de estos
católicos nominales, se casan por la iglesia, bautizan a sus hijos, etc., y no
creen en nada; pero siguen aumentando la lista de españoles bautizados, cosa
que aprovecha la iglesia católica para cobrar del estado, según la prensa, este
año el gobierno español ha entregado al clero católico más de trece mil
millones de pesetas, y lo chocante es que una vez el ministro de trabajo dijo,
no se puede reducir ahora el tiempo de la jubilación a los obreros, los
sindicatos piden la jubilación a los 64 años, pero el ministro trabajo dijo que
esto costaría mucho dinero; pero se lo entregan a los sacerdotes católicos. Si,
nosotros obreros, que formamos a iglesia pobre, hacemos un llamamiento a los
demás obreros que no se sienten católicos que se den de baja de dicha religión,
serán más libres y todos los españoles saldremos ganando, hasta la misma iglesia
católica perderá en cantidad, pero ganará en calidad. Amigos obreros, si pasáis
de religiones debéis daos de baja, acudid a la parroquia en donde fuisteis
bautizados, o al obispado, pedid la baja, que se os confirme por escrito y cuño
de dicho obispado, y si se os pone dificultades decid a los sacerdotes que
vosotros jamás os fuisteis a daos de alta en dicha religión, y que fueron
vuestros padres que pidieron vuestro bautizo, pero ahora sois mayores de edad y
no os interesa estar en la lista de los católicos. Amigos obreros, sed libres
de verdad, y si no os interesa pertenecer a la iglesia pobre, por lo menos daos
de baja de la iglesia de los ricos, llámese coma se llame. Ánimos pues y
adelante.