JESÚS DE NAZARETH ERA POBRE, SUS ENSEÑANZAS SON PARA LOS POBRES
“Bienaventurados los
pobres en espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos”, Mateo 5, 3. “Sed, pues,
vosotros perfectos, como vuestro Padre que está en los cielos es perfecto”,
Mateo 6, 19-20. “Ninguno puede servir a
dos señores, porque aborrecerá a uno, y
amará al otro, o se allegará a uno, y menospreciará al otro; no podéis servir a
Dios y al dinero”, Mateo 6, 24. “Jesús dijo: “Las zorras tienen cavernas, y las aves del cielo nidos, mas el hijo
del hombre no tiene donde recueste su cabeza”, Mateo 8, 20. “No aprestéis oro,
ni plata, ni cobre en vuestras bolsas”. Mateo 10, 9. “El que no tome su cruz, y siga en pos de mí, no es digno de mi”, Mateo
10, 38. “A los pobres es anunciado el
evangelio”. Mateo 11, 5. “Llevad mi
yugo sobre vosotros, y aprended de mí”, Mateo 11, 9. “¿De dónde tiene éste ésta Sabiduría y estas maravillas; ¿no es este el
hijo del carpintero?”. Mateo 13, 54-55. “Es
más fácil pasar un camello por el ojo de uno aguja, que entrar un rico en el
reino de Dios”. Mateo 19, 24. “¿Qué
aprovechará al hombre si granjeare todo el mundo, y pierde su alma?”.
Marcos 8, 36. “El hijo del hombre tampoco
vino para ser servido, sino para servir”. Marcos 10, 45. “El Espíritu del Señor es sobre mí, por
cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres”. Lucas 4, 18. “Bienaventurados vosotros los pobres; porque
vuestro es el reino de Dios, pero ¡Ay de vosotros, ricos! porque ya tenéis
vuestro consuelo”. Lucas 6,20-26. “Yo
te alabo, ¡oh! Padre, Señor del cielo y de la Tierra, que escondiste estas
cosas a los “sabios y entendidos”, y las has revelado a los pequeños”. Lucas
10,21. “Los verdaderos adoradores
adorarán en Espíritu y en Verdad”. Juan 4, 23. “El espíritu es el que da vida, la carne nada aprovecha, las palabras
que yo os he hablado, son Espíritu y son Vida”. Juan 6, 63. “Dice Jesús: “yo soy la Luz del mundo, el
que me sigue no andará en tinieblas”. Juan 8, 12. “La Verdad os hará libres”. Juan 8, 32. Jesús de Nazareth, el
Cristo, el obrero carpintero, nace en un pesebre, vive como obrero, muere y lo
entierran en una tumba que no era suya, y ni siquiera de sus padres. La
religión de los ricos católicos, protestantes, etc. no tiene nada que ver con
el Cristo pobre. Ya es hora de comprender estas cosas. Nosotros, los pobres,
los obreros, debemos de tratar de seguir a Cristo, y rescatarlo para siempre de
la religión organizada por los ricos. Adelante, pues, y con ánimos. (Junio).
EL GRAN MINISTERIO DE CRISTO Y DEL VERDADERO CRISTIANISMO
Jesús de Nazareth dijo: “El
Espíritu de la Verdad, que el mundo no puede recibir, porque no le ve ni le
conoce; vosotros le conocéis, pues a vuestro lado permanece y en vosotros
está”. Juan14, 17. Y Job dice: “Yo sé
que mi redentor vive”, Job 12, 25. Job dijo esto muchos siglos antes del
nacimiento de Jesús de Nazareth, no dijo: “Yo sé que mi redentor vendrá”; dijo:
“Vive”. El Redentor o Cristo es el Espíritu, que a través de las edades se
manifiesta a los seres humanos. No todos al mismo tiempo lo conocen o lo viven,
como el apóstol Pablo que dijo: “Cristo
vive en mi”, pero todos podemos conocer y sentir al Espíritu en nosotros.
Los verdaderos cristianos, en tiempos de Jesús y hasta nuestro tiempo, tenían a
Cristo, al Espíritu en sus propias vidas, y de la misma manera que el Espíritu
guiaba y enseñaba a los primeros cristianos, y a otros, a través de la
historia, también guía y enseña en la actualidad a los que tratan de ser
verdaderos cristianos de Cristo, pero esto no tiene nada que ver con las
religiones llamadas “cristianas”, como el catolicismo, el protestantismo, etc.
ya que el Espíritu, el Cristo Universal, ya guiaba y enseñaba a la humanidad
desde su principio en nuestro mundo. Dios, el Padre, nos da vida, nos enseña,
nos guía, a través de su hijo, el Cristo o Espíritu, o sea, su pensamiento. No
confundamos pues las cosas, Jesús de Nazareth, el hombre, llevaba en sí mismo
al Cristo, pero todos los seres humanos podemos llevarlo, o sea, descubrirlo en
nosotros mismos, pero ya dijo el Maestro Jesús: “Buscad primero el reino de Dios, y lo demás vendrá después”, y
también dijo: “Pero cuando viniere aquél
Espíritu de Verdad, El os guiará a toda Verdad”, Juan 16, 13. Todo esto nos
demuestra claramente, que la llamada teología, filosofía, sabiduría humana,
etc. nos sirve poco, sólo como toques de atención, pero la gran búsqueda de
Cristo en nosotros mismos no es, pues, creer o no creer, se trata de sentir o
no sentir al Espíritu, o ver, o no ver al Espíritu, y claro está, que sólo el
Espíritu ve al Espíritu, no la mente,
como creen y predican los sacerdotes de todas las religiones muertas. Dios es
Amor, empecemos la maravillosa búsqueda de Cristo en nuestro interior, y lo
veremos en todas partes, lo veremos en todas las cosas, en los mundos, en el
Universo infinito, y poco a poco iremos
descubriendo, descifrando el gran misterio de Cristo y de los verdaderos
cristianos, y al mismo tiempo podemos reunirnos con otras personas que buscan o
tienen a Cristo, y formar el verdadero grupo cristiano, sin organizaciones de
ninguna clase, ya que Dios mismo ha creado una sola organización en nuestro
mundo, la humanidad. No busques, pues, los secretos de Cristo, o de los
verdaderos cristianos, en las religiones, sectas, libros, etc. busca a Cristo
en tu interior, y no habrá secretos para ti; anda, pues, y “sube la montaña”.
Diciembre).
EL VERDADERO COMUNISMO DE LOS PRIMEROS CRISTIANOS
En los
evangelios y las epístolas de los apóstoles, está el comunismo cristiano. Jesús
de Nazareth, el Cristo decía: “Bienaventurados los pobres, porque vuestro es el
reino de Dios”, Lucas, 6, 20; “Aprended de mí”, Mateo 11, 29. Los apóstoles y
los primeros cristianos entendieron muy bien al Maestro, y pusieron en práctica
sus enseñanzas. “Y todos los que creían vivían unidos, teniendo todos sus
bienes en común; pues vendían sus posesiones y haciendas y las distribuían
entre todos, según la necesidad de cada uno”, Hechos, 2, 43-44. “No había entre
ellos indigentes, pues cuando eran dueños de haciendas o casas las vendían y
llevaban el precio de lo vendido y lo depositaban a los pies de los apóstoles y
a cada uno se le repartía según su necesidad”, Hechos, 4, 34-35. Ya bien claro
decía Jesús de Nazareth: “No se puede servir a Dios y a las riquezas”, Mateo 6,
24; “Y los pobres son evangelizados”, Mateo 11, 5; “No alleguéis tesoros en la
Tierra, donde la polilla y el orín corrompen, atesorad tesoros en los cielos”,
Mateo 6, 19-20. Y Jesús dice: “Las zorras tienen cavernas, y las aves del cielo
nidos, mas el hijo del hombre no tiene donde recueste su cabeza”, Mateo 8, 20.
Jesús de Nazareth, el Cristo, era obrero carpintero, sus enseñanzas están bien
claras referente a las riquezas materiales. Los apóstoles y los primeros
cristianos comprendieron muy bien a Cristo, por eso empezaron a vivir en
comunidad, o sea, el auténtico comunismo de Cristo. El llamado “cristianismo”
católico y protestante, ahora se limita a la denigrante limosna, y este llamado
“cristianismo” actual, está compuesto de ricos y pobres, explotados y
explotadores, y los mandamases de la religión y del dinero, todos están de
acuerdo en que el comunismo de Rusia es malo, pero no se atreven a implantar el
comunismo de Cristo. Y ya que el llamado “cristianismo” católico y protestante
ha fracasado en las verdaderas enseñanzas de Jesús de Nazareth, el Cristo, no
nos queda otro camino a los obreros, los pobres del mundo, que el de buscar en
nosotros mismos a Cristo, y cada uno tratar de vivir en y con El, en nuestro
corazón, en nuestra vida, en nuestra casa, y claro está, que todo esto tiene
que ser sin pertenecer a ninguna de las religiones organizadas, de ninguna
clase, y tener siempre presente, además de las enseñanzas de Jesús de Nazareth,
lo que dice el apóstol Pablo: “Porque no somos como muchos, que trafican con la
palabra de Dios”, II Corintios 2, 17. Los únicos, pues, que no hacen negocio
con las cosas de Dios, de Cristo, somos todos aquellos que tratamos de seguir a
Cristo sin intermediarios. Resumiendo, pues, la iglesia en casa. (Diciembre).