¿QUIERES SER FELIZ DE VERDAD?
Todos los seres humanos quieren ser felices, todos buscamos la
felicidad, pero la que vale, la verdadera, pocos la encuentran por la sencilla
razón de que la buscan en las cosas materiales, coches, tierras, casas, oro,
brillantes, dinero, etc., y los hay que son felices de momento, pero al perder
estas cosas se sienten los seres más desgraciados de la tierra. La verdadera
felicidad no está en tener cosas, está en uno mismo, en tener el espíritu
despierto, en saber dominarse, ya se ha dicho mente sana en un cuerpo sano, y la salud mental y física
depende mucho de uno mismo, del espíritu. De la misma manera que alimentas tu
cuerpo físico, debes saber alimentarte espiritualmente, comer cosas dañinas
para tu cuerpo, tu estómago, tu sangre, etc., es lo mismo que alimentar tu
mente de ideas negativas como son el odio, la envidia, el egoísmo, ambición,
etc., busca pues, alimentos positivos para tu cuerpo físico y para el espíritu,
y no olvides nunca que no es comiendo, o no comiendo tal o cual cosa que serás
feliz, ni creyendo o no en tal o cual cosa, sino cuando seas verdaderamente
libre y seas tu mismo, cuando tengas ideas propias, cuando no te dejes engañar
por nadie, cuando no te drogues de cosas materiales, alcohol, tabaco, droga,
dinero, etc., ni de cosas mentales, religiones, sectas, sociedades, fanatismos,
etc., serás verdaderamente feliz, vivirás la vida verdadera sin ensuciarla, y
la depresión, nervios, tristeza, amargura, ansiedad, etc., ya no estarán en ti,
ya que la vida misma es alegría, paz, amor, tranquilidad, felicidad. Repito, es
la vida misma, es el ser humano que se complica la vida buscando la felicidad
en las cosas materiales, y no se da cuenta que la felicidad está en uno mismo,
yo le llamo Dios y no me refiero claro está a los dioses muertos de las
religiones, sino al Dios Universal, al Creador de todas las cosas, a la
naturaleza misma, al universo. Vivir pues, la vida sin ensuciarla, es el todo
de la cuestión, y si por ejemplo hace daño al estómago comer cerdo, también
hace daño al espíritu el odio, la venganza, el egoísmo, etc., procurad pues
amigos que leáis este mensaje, entenderlo y practicarlo, no como creencias o
dogmas, sino por ser verdaderas experiencias vividas por si mismo, y no
olvidéis nunca que yo no soy hombre de letras, un intelectual como se dice
ahora, soy simplemente un obrero yesero ya retirado, por lo tanto sin estudios
humanos, pero si que he estudiado toda mi vida lo espiritual con el Maestro, el
Cristo Universal, y con mi mismo, o sea, con mis propias experiencias, por esto
puedo decir que he sido y soy verdaderamente feliz, y es por eso que trato de
hacer comprender a los demás seres humanos que hagan lo mismo que yo, que
busquen la verdadera felicidad que está en uno mismo. Ánimos pues y adelante.
LA ADORACIÓN VERDADERA ÉS ESPIRITUAL
En la Biblia y en llamado Antiguo Testamento se puede leer lo
siguiente: “No tendrás otros dioses
delante de mí, no harás para ti imagen de escultura, ni figura alguna de las
cosas que hay arriba en el cielo ni abajo en la tierra, ni de las que hay en
las aguas debajo de la tierra. No las adorarás ni rendirás culto”. Éxodo
20, 13-15. Y en el Nuevo Testamento se dice lo siguiente: “Más la hora viene, y ahora es cuando los verdaderos adoradores
adorarán al padre en Espíritu y en Verdad, porque también el Padre tales
adoradores busca que le adoren. Dios es Espíritu, y los que le adoran en
Espíritu y en verdad es necesario que le adoren”. Juan 4, 23-24. “Dios que creó el mundo y todas las cosas
contenidas en él, siendo como es el Señor del cielo y tierra, no está encerrado
en templos fabricados por hombre”. Hechos 17, 24. Solamente acudiendo a la
Biblia vemos claramente que la verdadera adoración es espiritual, sobran las
imágenes, los templos, las catedrales, etc., pero si entramos de lleno en
nuestra propia vida espiritual, comprenderemos muy bien que si Dios es
espíritu, solamente hay una única forma de adorarle: la espiritual. Ahora bien,
nos podemos preguntar: ¿Dónde y cómo adorar a Dios en espíritu?, la cosa es muy
sencilla, nosotros somos espíritu creado por Dios, que es Espíritu. Dios está
en todas partes, Dios es todo y cada uno de nosotros por pequeños que seamos
podemos adorar a Dios en cualquier parte que nos encontremos, y si en cualquier
parte está Dios, solo nos falta saber como adorarlo, tanto si cerramos los ojos
como si los tenemos abiertos, pensemos en lo que nos rodea, el mundo mismo, el
Universo, la vida misma en Jesús de Nazareth, en la bondad, en la paz, etc. y
al mismo tiempo hagamos oración mental, o sea, tratemos de hablar con Dios,
nuestro padre, debemos sentirnos pequeñitos frente a Dios, pero protegidos por
El, eternamente. La verdadera adoración no consiste en pedir cosas a Dios, sino
todo lo contrario, estar agradecidos, dar gracias a Dios, y si alguna vez como
los niños pedimos a nuestro padre Dios alguna cosita, tengamos siempre en
nuestra mente la idea de que se haga su voluntad y no la nuestra. Nos
sentiremos felices, protegidos y hasta mimados por nuestro Padre Dios. Y esto
será experimentar en nosotros mismos el llamado misticismo universal, ya que
estas cosas no son exclusivas de ninguna religión organizada por los seres
humanos. Lo sublime de todo esto es que se llega a la verdadera libertad y a la
verdadera vida, no lo dudéis amigos, os estoy hablando del Dios Universal, de
nuestro Padre y Creador del Infinito Universo. La concentración en las cosas
espirituales, la oración mental, la verdadera adoración, el éxtasis, etc. todo
es lo mismo si nos sentimos siempre en armonía y fuertemente unidos con Dios.
Ahora es el gran momento para los que leéis este mensaje o si os hablan de él,
repito, es el gran momento de empezar a andar sin muletas religiosas,
políticas, filosóficas, etc. de ninguna clase. Adoremos a Dios en verdad y en
espíritu ya que está en cada uno de nosotros, como en todo el Infinito
Universo.
HOMBRES Y MUJERES EN LA VIDA ESPIRITUAL
En toda la Biblia encontramos muchos versículos que se refieren a
hombres y mujeres en la vida espiritual. Basta citar por ejemplo, la mujer
pecadora que limpió los pies de Jesús de Nazareth con sus lágrimas y se los
besaba. Lucas 7, 36-50. Y después el apóstol Pablo nos dice: “Saludaos los unos a los otros con ósculo
santo”, o sea, un beso. Romanos 16, 1-17. Y en otra carta dice Pablo que “mejor es casarse que quemarse”. 1
Corintios 7, 1-28. Y en el evangelio de Mateo se dice lo siguiente: “He aquí Jesús les sale al encuentro
diciendo: salve y ellas se llegaron y abrazaron sus pies y le adoraron”.
Mateo 28, 9. Y en el llamado antiguo testamento se lee lo siguiente: “Bendita entre todas las mujeres, Jael,
esposa de Haber, Cineo, bendita sea en su pabellón”. Jueces 5, 24. En toda
la Biblia vemos que la mujer no es una “cosa”, es un ser humano como el hombre,
pero en todo nuestro mundo encontraremos muchos casos en que la mujer es
esclava del hombre, pero ya en el pueblo israelita encontramos que los seres
humanos estamos hechos a imagen y semejanza de Dios, hombres y mujeres, pues
tomos somos hijos de Dios, como espíritu dentro de un cuerpo físico, que según
el apóstol Pablo, el cuerpo físico es el templo de Dios, y es natural ya que el
espíritu es parte de Dios. Ahora bien, el motivo de este mensaje es el de
tratar un poco de lo físico, el cuerpo humano, lo sexual, etc. En la Biblia y
en todas las religiones se habla del pecado y los dirigentes, los teólogos,
etc. de las religiones todos interpretan de forma diferente la palabra pecado.
Pero pecar es sencillamente no obedecer las leyes de Dios. Si comemos más de lo
necesario tendremos el resultado negativo, o sea, un cólico. Si tocamos el
fuego con las manos, nos quemaremos. Si abusamos de los sexual, pagaremos las
consecuencias, y si hombres y mujeres hacen el acto sexual con el primero que
encuentran, vendrán después las enfermedades, sífilis, cáncer, sida, etc., esto
sin contar la parte moral de todo esto que también cuenta a la hora de la
verdad. Por ejemplo un hombre casado que embaraza a una chica que conoció en
tal o cual sitio, el hombre casado cree que esto es casi normal, una tentación,
un mal momento, o una aventura, etc., pero si este mismo hombre casado tiene
una hija y se queda embarazada, o simplemente se acuesta con el primero que
encuentra, la cosa ya cambia y el padre se pone furioso, total, que en muchos
seres humanos domina la ignorancia y el egoísmo. Ahora bien, hombres y mujeres
que se besan, se tocan, se acarician y nada más, no pecan mientras no sea
escándalo para otros, mientras no se perjudique a otros, y esto también cuenta
con el acto sexual. Cuando comemos es para alimentarnos el cuerpo físico, es
pues una necesidad natural, también lo es el acto sexual, pero si convertimos
el comer y lo sexual en vicio, entonces pecamos contra Dios y contra nosotros
mismos. Y no olvidemos nunca que lo sexual es vida, es amor, es salud, no se
trata pues de jugar con estas cosas, sino todo lo contrario, hacer buen uso de
ellas, esto sin contar que el verdadero misticismo o avance espiritual, no es
negar lo sexual, que es natural, sino encauzarlo, sublimarlo, para el hombre
mismo y para Dios.
EL UNIVERSO NUNCA HA TENIDO PRINCIPIO
Hay personas que se basan en la astronomía, o en la Biblia para
decir que el Universo ha tenido principio. Pero el Universo nunca tuvo
principio como tampoco puede tener fin, por la sencilla razón de que Dios no
tuvo principio ni puede tener fin. Dios es eterno, su obra pues, es eterna. Lo
contrario nos plantearía la pregunta: ¿Qué había pues, antes del principio, y
qué habrá después del fin?. La astronomía es muy limitada, y la Biblia como
todas las demás escrituras sagradas, confunden y hay muchas ideas humanas,
traducciones, etc., por ejemplo, en el Nuevo Testamento se dice: “En el principio era el Verbo, y el Verbo
era Dios”. Otras traducciones dicen: “era un Dios”. En el antiguo
testamento se dice del Mesías, que el Dios poderoso, el Padre Eterno, lo
llamará príncipe de paz. Otras traducciones dicen que al Mesías se le llamará
Dios poderoso, Padre Eterno, etc., así Jesús es Dios o no es Dios según la traducción. El Universo mismo
es el gran libro abierto, la verdadera Biblia, contemplar los soles, los
mundos, la vida misma, etc., nos habla más claramente, más directamente al
espíritu, de la grandeza y eternidad del Universo, de Dios mismo. Cuando se
dice que Dios es el creador del Universo, es para darnos una idea de la
paternidad de Dios. El Universo es el pensamiento de Dios hecho materia, pero
Dios nunca empezó a pensar, ya que es eterno. Lo de salvación o condenación, no
cabe en el plan de Dios, ya que El sabe muy bien nuestro presente, pasado y
futuro, aunque se diga que somos libres, para escoger el bien o el mal. Dios
sabe lo que haremos, de no saberlo, no sería Dios, y al consentir nuestra
condenación sería un monstruo y nosotros unos inocentes juguetes en sus manos.
Pero no es así, ya que el Espíritu de Dios, con nombres diferentes, está en
todos los seres que poblamos los mundos,
en el nuestro le llamamos Cristo, Buda, etc., claro está no todos lo viven o lo
manifiestan por causa del atraso que
llevan, pero todo se transforma, evoluciona, lo mismo que los mundos del
Infinito Universo, y lo que dicen los astrónomos de que todo empezó con una
gran explosión hace millones de años, es una de tantas explosiones, ya que es
sencillamente el número infinito de mundos que nacen y mueren, y vuelven a
nacer en manos de Dios creador y recreador de todo. Por lo tanto el Universo y
nosotros mismos somos eternos como Dios, ya que somos ideas de la Mente
Universal, o sea Hijos de Dios. Esta es la verdadera y única religión
Universal, la de Dios. Y esto se sabe y se ve, cuando el Espíritu vuela en el
astral, en la inmensidad de la casa del Padre. El Universo Infinito nunca ha
tenido principio, sino transformaciones en la Eternidad. Vendrá un día en que
todos comprenderemos estas cosas.
NOSOTROS SOMOS ETERNOS COMO DIOS MISMO
Somos un cuerpo humano formado de carne, huesos, venas, sangre,
nervios, etc., tenemos un cerebro que va llenándose de ideas de todas clases,
positivas, negativas, etc., y a través de los años que vivimos vamos acumulando
experiencias, o sea ideas más estables, pero solo son ideas, y éstas van
cambiando, ahora se es católico, mañana protestante, ahora se cree en Dios,
después se es ateo, o viceversa, ahora se es socialista, o comunista, después
se es todo o contrario. Y de esta forma cambian las ideas, y el cuerpo humano
va cambiando, en cierto modo. Si comparamos el cuerpo físico de un niño con el
de un hombre, por ejemplo de veinte años, después de cuarenta o cincuenta,
después de setenta, ochenta años, etc. veremos los cambios. Pero hay en el ser
humano una idea fija, una idea que no cambia nunca, a esta idea la llamamos por
ejemplo, Antonio, María, etc., y es el individuo, o sea, uno mismo. Pero como
vemos que no cambia nunca como las otras ideas, no podemos considerar a esto, a
este ser, una idea, sino algo que no cambia, que puede hasta dominar las otras
ideas y hasta el mismo físico, a este ser se le ha puesto uno o varios nombres,
la individualidad, el yo, el espíritu, el alma, etc. y por muchos años que este
ser viva en el cuerpo físico nunca cambia, siempre es el mismo, y cuando nos
damos perfecta cuenta de ello, empezamos a conocernos a nosotros mismos, y ya
no somos una idea más, sino todo lo contrario, somos el dueño de las ideas, nos
servimos de ellas, y nuestro cerebro se convierte en un auténtico archivo,
empezamos a ser nosotros mismos y no lo que quieran los demás que seamos. Claro
está que no todos los demás seres humanos son conscientes de sus influencias
con sus ideas, pero si que los hay que se aprovechan de estas cosas y aquí está
el dominio de unos pocos seres humanos dominando a millones de personas, se
seres como ellos pero viviendo en un despiste total. Pero cuando somos nosotros
mismos, y empezamos a vivir verdaderamente la vida, vemos claramente que
estamos hechos a imagen y semejanza de Dios. Negar pues a Dios, es negarnos a
nosotros mismos. Negarse uno mismo es ignorancia, pero claro está, me refiero
al Dios Universal, al creador de todas las cosas, al Dios vivo, y no a los
dioses muertos de las religiones. Dios es eterno, nosotros también como hijos
suyos, como espíritu somos también eternos. No somos una simple idea que
cambia, no somos un cuerpo físico que nace, vive y muere, somos algo que no
cambia nunca, que no ha nacido nunca y que no muere nunca, somos Dios mismo. Ya
en la Biblia se dice que somos dioses, somos ideas de Dios, pero ideas propias.
Cuando el ser humano comprende estas cosas, también tiene ideas propias, no se
deja influenciar por nada, ni por nadie, es verdaderamente libre, es Universal,
es Buda, es Cristo.
DIOS, LA FRATERNIDAD BLANCA Y LOS POBRES DEL MUNDO
En aquella misma hora Jesús se alegró en Espíritu y dijo: “Yo te alabo, oh Padre, Señor del cielo y la
tierra, que escondiste estas cosas a los sabios y entendidos y las has revelado
a los pequeños, así Padre porque así te agradó”. Lucas 10,21. Nosotros los
obreros, los pobres del mundo, somos estos pequeños, claro está si buscamos a
Dios en nosotros mismos. Jesús de Nazareth escogió gente pobre y sin estudios
para ser sus discípulos o apóstoles. Hoy y siempre será lo mismo, amar a Dios y
al prójimo se puede hacer sin estudios humanos, en las cosas del espíritu. Se
puede ser teólogo, rosacruz, teósofo, estudiar metafísica, etc., se pueden leer
muchos libros, se puede pertenecer a una de tantas religiones que hay en
nuestro mundo, y no sentir amor de Dios, por la sencilla razón de que la
Sabiduría de Dios no es sabiduría humana. Dios nos habla directamente a cada
uno de nosotros los seres humanos, y no nos enseña si El es redondo o cuadrado,
nos enseña que ES y nosotros somos por EL, y no hay más ley de Dios en el
Infinito Universo que la del AMOR , esto no quiere decir que un rico esté
separado de dicho AMOR , pero mientras el ser humano no se conforme en vivir
trabajando para ganarse el pan y luche en la vida para tener dinero, riquezas,
etc., estará fuera del camino. Ya dijo Jesús de Nazareth: “No se puede servir a Dios y al dinero”, y los seres verdaderamente
evolucionados espiritualmente en éste y en otros mundos, tanto si viven en
cuerpo físico como si ya no lo necesitan, estos seres o espíritus, son los que
forman la verdadera Fraternidad Blanca y para llegar a este estado sobran las
religiones, sectas, sociedades, estudios, etc.. Cuando se pronuncia la palabra
Cristo, hay que ver en Cristo el Espíritu de Dios y de esta manera nos
liberaremos de religiones y sectas, pues Moisés, los profetas, Buda, Jesús de
Nazareth, etc., nos dan idea clara de esto, el Cristo o Espíritu de Dios estaba
en todos y sigue estando en nosotros. Ahora bien, lo escuchamos o no lo
escuchamos, ponemos o no ponemos en práctica su Ley de Amor. Nosotros los
obreros, los pobres del mundo, que comprendemos estas cosas y tratamos de poner
en práctica la Ley de Dios, tenemos la obligación de llamar la atención de los
estudiosos de las cosas del espíritu, que ya de una vez para siempre busquen a
Dios de verdad en ellos mismos, y se dejen de tanto estudio que no hace más que
confundir a la gente, las teorías, los dogmas, las creencias, las filosofías, etc.,
confunden y dividen a la humanidad, solamente hay una cosa que puede unir de
verdad a la humanidad en nuestro mundo y en todos los mundos del Infinito
Universo, el AMOR DE DIOS. Y los espíritus que pertenecen a la Fraternidad
Blanca, no lo publican, no dogmatizan nada, no ayudan a organizar religiones,
sectas, sociedades, etc., porque saben que solamente hay una sola organización,
la de Dios, la humanidad en este mundo y en todos los mundos del Infinito
Universo. Que el Amor de Dios sea pues con todos.